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AGUSTÍN ZARAGOZÁ GRANELL
Miércoles, 7 de abril 2010, 02:53
Hoy se cumple el primer aniversario del fallecimiento de Mari Trini, estrella del jardín de la vida y poetisa del alma humana. Nadie supo cantar ni contar como ella las inclemencias del acontecer cotidiano, ya fuera en contra de los manidos estereotipos femeninos, la soledad de una mujer refugiada en la intimidad de su diario o en defensa del amor sin límites, más allá de órdenes sociales impuestos que alienan al individuo. Sus alas de cristal le permitieron volar más allá del bien y del mal, de suerte que la trayectoria de Mari Trini es la de una voz privilegiada: sólo un genio como el suyo pudo conquistar la inmortalidad, gracias a un legado artístico tan rico que carece de fecha de caducidad alguna. Mari Trini es el alma del pueblo, la historia cotidiana del sentimiento más íntimo, la esperanza del desesperanzado...
No seré yo quien vaya a acometer el donoso quehacer que supone resumir sus méritos, sus éxitos y sus conquistas. Sólo pretendo recordar a los lectores que, aunque nos invada la vulgaridad y la mediocridad propia de nuestra época, es necesario rememorar de tanto en tanto a las almas auténticas de nuestra historia, las que forjaron y engrandecieron la moribunda cotidianidad, en ocasiones nauseabunda pero llevadera gracias a mujeres medicina como Mari Trini. Ésta es, qué duda cabe, la murciana más internacional y la que con sus canciones y sus letras supo aportar la necesaria dosis de optimismo, esperanza y denuncia social en momentos de pesadumbre anímica. Nuestra España invertebrada, deshuesada y mediocre recobraba vértebra, hueso y dignidad cuando mujeres como Mari Trini aportaban otros discursos alternativos al poder dominante, al pensamiento único y a las actitudes antidemocráticas y poco respetuosas con el pluralismo moral. Mari Trini no sólo fue una mujer, un genio, una artista... También se convirtió en bandera de libertad y dignidad, estandarte de valores morales como la tolerancia, la comprensión, el amor, la superación...
Causa pesar comprobar que España sigue sin vértebra. Es bochornoso que un programa de televisión como 'Informe Semanal' omitiera el nombre de Mari Trini en un especial de fin de año, cuando se pretendía «homenajear» a los artistas desaparecidos en el 2009. Es incomprensible que su tierra murciana todavía no le haya rendido un merecido tributo. Políticos, ¿para qué os quiero? Por fortuna, los homenajes más cálidos siempre serán los de sus admiradores, cada persona que escucha en su coche a Mari Trini o la recuerda como un pedazo propio de su vida. Ése es el verdadero amor, el desinteresado. Y, es que, si hay algo que ennoblece a una artista de la magnitud de Mari Trini es que, se manifieste o no institucionalmente, la murciana siempre se recordará como patrimonio de la humanidad. Al menos, para quienes la quisimos y sentimos como parte de nuestra vida. No obstante, su familia y su gente siempre agradeceremos cualquier gesto que pretenda ennoblecer más, si cabe, a nuestra Mari Trini.
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