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María Pérez, Tania Soler y Susana Valverde, ante el retablo de San José. :: J. M. RODRÍGUEZ / AGM
El renacer dorado de San José
CARTAGENA

El renacer dorado de San José

El Ayuntamiento ha dedicado 120.000 euros a devolver el esplendor al conjunto tallado a fines del siglo XVIII por Nicolás de Rueda El retablo de la iglesia de la Caridad luce como nuevo tras 3 años de restauración

JOSÉ ALBERTO GONZÁLEZ

Miércoles, 24 de marzo 2010, 11:46

«A punta de bisturí». Así se afanaron durante meses Tania Soler, María Pérez y Susana Valverde para conseguir rascando lo que «ningún disolvente» lograba: limpiar el falso dorado que fieles y responsables de la iglesia de la Caridad «repintaron» durante décadas para realzar el monumento en la festividad de la patrona. Precisamente a tiempo de celebrar este año el Viernes de Dolores, día de la Virgen de la Caridad, esas tres restauradoras municipales han acabado a tiempo su labor de desprender al retablo de San José de todos los añadidos y devolverlo, en lo posible, a su esplendor original.

Tras casi tres años de trabajo, una inversión de 120.000 euros de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento ha permitido recuperar el fulgor inicial del conjunto escultórico y arquitectónico iniciado en 1768 por el maestro de la talla y la arquitectura civil Nicolás de Rueda.

El retablo ocupó la parte central del templo. Pero fue trasladado a la capilla situada justo a la derecha del altar, según se mira a éste, porque quisieron dar realce a la patrona. El cambio supuso el deterioro del monumento, que incluso perdió figuras porque no cabían en la nueva ubicación: la capilla de la Comunión.

7.000 horas de trabajo

«En el traslado a lo que era el camarín de la Virgen, se perdió mucho oro. Acoplaron el retablo al espacio disponible, y dejaron cosas fuera. Un día, desescombrando y retirando los trozos de escayola caídos del techo nos encontramos escondido en lo alto el ala de un ángel», comentó ayer Tania Soler durante la reinauguración del retablo.

Acudió la alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, quien participó en la bendición del conjunto por el rector de la iglesia, Francisco Montesinos. También fue el hermano mayor del Hospital de Caridad, José Vera.

Las autoridades tuvieron el privilegio de ser los primeros en admirar el conjunto ya restaurado. Y elogiaron una tarea que ha exigido 7.000 horas de dedicación y cuyo resultado ha sido «magnífico», en palabras de Barreiro.

La recuperación ha incluido la retirada de más de un kilo de elementos metálicos en mal estado, como clavos o tornillos; la limpieza de las manchas causadas por el humo de las velas encendidas al lado durante años; la reintegración de la pintura con rayas de colores que imitan el dorado; y la reconstrucción con resinas de distintas partes de las molduras y de las figuras. Por ejemplo, a San Juan de la Cruz (que escolta a San José junto a una talla de San Ginés de la Jara del siglo XV) le faltaban varios dedos.

El meticuloso tratamiento ha tenido como guía, según explicó Tania Soler, que «desde lejos se tiene sensación de uniformidad, de cómo estaría el retablo si nunca se hubiera estropeado, y de cerca se ve la diferencia entre lo viejo y lo nuevo».

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