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Juan Pedro Baños, ayer, tras recibir una sesión de diálisis en una clínica de El Palmar. Edu Botella / AGM
«¡Los últimos 16 años estoy enganchado a una máquina!»

«¡Los últimos 16 años estoy enganchado a una máquina!»

Los vecinos de la diputación cartagenera de El Beal están promoviendo una plataforma de afectados por los residuos mineros

Sábado, 5 de agosto 2017

Todavía recuerda cómo siendo un niño jugaba con ingenuidad con las arenas grises que había en los terrenos próximos al colegio San Ginés de la Jara. «Era como si estuviésemos en la playa», rememora Juan Pedro Baños mientras termina de recibir diálisis en una clínica de El Palmar. «Los niños nacidos en los años sesenta hemos sufrido un perjuicio a la altura de los trabajadores de la uralita». Esas arenas en las que escarbaba y el agua de una balsa pegada al campo de fútbol, donde jugaba partidos con sus amigos, contenían residuos de la actividad minera, pero nadie les dijo nada. «Pasé mi infancia por aquellos entornos, y por la exposición continuada al plomo sufrí una malformación en el estómago».

Este vecino de El Llano del Beal denuncia que «en la dictadura miraron hacia otro lado; a nadie se le advirtió de que había riesgo para la población con las minas a cielo abierto». Con solo 19 años le diagnosticaron estenosis de píloro y empezó las sesiones de diálisis. Con 24 años, su madre le tuvo que donar un riñón y con 38 años perdió ese órgano y en la actualidad está de nuevo en lista de espera para recibir otro trasplante. «¡Llevo dieciséis años conectado a una máquina!», clama este vecino de El Llano del Beal, que en 2000 recibió la invalidez permanente.

«Cada vez que me acuerdo de las minas de Portmán y Peñarroya se me revuelven las tripas». Juan Pedro, junto con otros afectados, está promoviendo la creación de una plataforma de damnificados por la actividad minera para ejercer acciones legales. «Hay muchos casos de insuficiencia renal y cáncer en El Llano del Beal, El Estrecho, El Beal, La Unión y Portmán y estamos movilizando a los afectados, porque la Fiscalía tiene que perseguir y hacer pagar a los responsables».

«Hay muchos casos de insuficiencia renal y cáncer en el pueblo»

lumno del San Ginés de la Jara

Juan Pedro cursó la EGB en el colegio San Ginés de la Jara, sobre el que la Dirección General de Minas alertó de indicios de contaminación en el patio del centro por metales pesados, y reclama medidas a la Consejería de Educación para que la historia no se repita. «Al Ayuntamiento de Cartagena y a la Comunidad Autónoma ya les facilitamos datos sobre la situación. Tienen que concienciarse y tomar medidas para que estos escolares no sufran como los niños de mi generación con la exposición a metales pesados».

La tesis del investigador de la UPCT José Matías reveló que hay eflorescencias salinas con plomo, zinc, arsénico y cobre en la superficie de los antiguos depósitos 'Jenny' y 'Pobrecita', pero a Juan Pedro este dato no le pilló por sorpresa. «Toda la cabecera de la Sierra Minera está contaminada y esos metales están llegando a los cultivos y al Mar Menor a través de las ramblas. Lo que no se podían imaginar los mineros por aquel entonces es que las generaciones posteriores: sus hijos, nietos... iban a sufrir los efectos de la actividad».

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