![Objetivo: la docencia como un trabajo de élite](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/pre2017/multimedia/noticias/201512/08/media/92131121.jpg)
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BORJA ROBERT
Martes, 8 de diciembre 2015, 00:51
El Ministerio de Educación hizo público ayer el borrador del 'Libro blanco de la profesión docente', el documento de partida sobre el que quiere sentar las bases de un pacto de Estado que reforme por completo el sistema educativo. Elaborado por el filósofo y profesor José Antonio Marina por encargo de Íñigo Méndez de Vigo, consta de veinte propuestas que pretenden transformar la enseñanza en un trabajo de élite, con prestigio social y en el que ejerzan las personas más capacitadas. Para lograrlo, propone cambiar el sistema de selección de profesores, establecer mecanismos de evaluación continua y crear un escalafón profesional en el que se ascienda -y se cobre- según los méritos y no solo por antigüedad.
1. Crear una escuela inclusiva y expansiva.
Que impulse el talento de cada alumno pero interactúe con su entorno como ya hacen bibliotecas o museos.
2.
El aula en el centro del cambio.
Atraer a ellas a los profesionales más talentosos y garantizar que se les forma adecuadamente para llegar a todos los alumnos.
3. Fortalecer y cuidar el centro educativo.
Centrar el foco en la escuela y su capacidad para mejorar su desempeño a través de la mejora de sus docentes.
4. Fortalecer la figura del director y su equipo.
Y además reducir el número de interinos para que se puedan ejecutar proyectos de centro con garantías.
5. Crear un Consejo Pedagógico del Estado.
Encargado de evaluar las innovaciones educativas internacionales más eficaces.
6. Crear una auténtica carrera docente.
Con nuevos criterios de acceso y progreso basados en el mérito y no la antigüedad.
7. Mejorar la formación y selección.
Creación de un MIR educativo conjugado con un sistema de formación continua.
8. Mantener a los docentes de FP vinculados a la empresa.
Para mantenerse al día en cuanto a técnicas e impulsar el prestigio de estas enseñanzas.
9. Formación continua.
Crear Centros Superiores de Formación del profesorado y que éstos reciban clases anuales obligatorias.
10. Evaluación.
Del progreso de sus alumnos, del centro y fomentar que los mejores vayan a los centros con más dificultades.
11. Formación y selección de directores. E
ntre docentes con experiencia y tras un curso.
12. Potenciar la orientación psicopedagógica. P
ara identificar problemas en el aula a tiempo.
13. Reformar la inspección educativa.
Que pasen de controladores a colaboradores y asesores.
14. Crear nuevos perfiles docentes.
Adaptados a los tiempos actuales, cambiantes y complejos.
15. Carrera docente.
Tres caminos de progreso profesional.
16. Crear de conocimiento educativo.
Impulsar la investigación sobre el trabajo en la escuela que le dé consistencia teórica.
17. Fortalecer los colegios profesionales.
Para dar más cohesión y presencia social a la profesión docente.
18. Protagonismo de los docentes actuales.
Sensibilizar de la necesidad de cambio a los que ya ejercen la profesión.
19. Transformación centro a centro.
Apoyar, desde las administraciones, a los que se lancen a cambiar sus dinámicas.
20. Cambios aplicables ya.
Desde reformas metodológicas a sistemas de evaluación internos que impulsen mejoras.
Aunque su objetivo es transformar la enseñanza en España en su conjunto, el libro blanco hace especial hincapié en la figura de profesor. «Los sistemas educativos que creen que la docencia es una profesión de alto nivel y que de su calidad depende la calidad de la escuela se han preocupado de atraer a la docencia a las personas más capacitadas, seleccionarlas y proporcionarles la formación inicial y permanente adecuada», asegura Marina en el documento.
Para lograrlo, propone implantar un sistema similar al MIR de los médicos que suponga una formación de siete años -cuatro de grado universitario, uno de máster teórico-práctico y dos de prácticas remuneradas bajo supervisión-. El objetivo, aclara, es conseguir profesionales con alto grado de cualificación y que pasen su primera etapa en el aula bajo la tutela de un tutor experto.
Como se esperaba, el libro blanco también recoge una propuesta de carrera docente que anticipó Marina hace más de un mes: evaluar a los docentes e incentivar económicamente a los que obtengan mejores resultados. Esta medida, que recibió críticas por parte de los sindicatos de profesores y suscitó polémica, «es un componente esencial para establecer una carrera profesional que no se base únicamente en la antigüedad». Aun así, llama a reducir la interinidad y ampliar las plazas de profesores funcionarios.
Opinión de los alumnos
A la hora de medir los méritos de los profesores, el filósofo propone el análisis del portfolio docente -un compendio actualizado de su formación y los proyectos en los que ha participado-, el progreso de sus alumnos, los resultados del centro donde ejerce y, además, un análisis independiente de su trabajo en clase. Además, Marina propone incluir la opinión de los estudiantes y el resto del claustro, la relación con las familias y la participación en la vida interna de la escuela. «La evaluación servirá para mejorar el desempeño de los docentes y también tendrá relevancia para el progreso de su carrera profesional y para su retribución. Consideramos que se deben premiar los méritos profesionales y que debe haber un conjunto de incentivos que animen a la excelencia», afirma el libro blanco. Algunos parámetros, aclara, deben ser ajustados a las dificultades del centro y su entorno. «Lo ideal es que los docentes más capaces vayan a los centros más conflictivos», apunta.
El documento propone tres caminos de desarrollo profesional para los docentes. Uno académico -que arranca como maestro o profesor y pasa por jefe de estudios, director, tutor de docentes en prácticas (DEP), inspector, formador de docentes, miembro del Consejo Pedagógico del Estado y profesor en facultades de Educación-, otro de gestión docente y una última que permite mejorar sin dejar el aula. «Hay extraordinarios docentes que no quieren ascender ni dejar el aula, y conviene que así sea», aclara el libro blanco. «Pero eso no debe impedir que su calidad se reconozca con incentivos o premios: becas de formación, permisos sabáticos para ampliar estudios, incentivos honoríficos o económicos».
Aunque el documento lo encargó el ministro de Educación, desde el Ejecutivo lo consideran un texto de trabajo susceptible de cambiar, y piden sugerencias de mejora a la ciudadanía y la comunidad educativa. A partir de enero, afirman, tanto con el libro blanco como con las propuestas que genere, pretenden empezar un debate dirigido a lograr un pacto de Estado por la educación. Según Marina, los cambios que propone podrían implementarse en cinco años.
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