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ANDRÉS CAMPOY
Martes, 18 de septiembre 2007, 20:38
«Mientras unos duermen, los ladrones se bañan». Este podría ser el resumen del suceso que ocurrió el pasado fin de semana, en concreto en la madrugada del sábado a las cinco horas, un horario en el que todas las piscinas del municipio -incluidas las del Balneario- permanecen cerradas.
Los hechos se produjeron en -paradojas del destino- el edificio Piscina, situado en el número 18 de la calle Paraguay. Al parecer, unos cacos accedieron por el interior hasta la terraza, con la intención de introducirse en el ático para robar, mientras sus propietarios se encontraban confiados de vacaciones.
Para poder acceder a dicho ático, los amigos de lo ajeno colocaron una escalera metálica sobre el depósito de agua comunitario con el que cuenta el edificio. La tapa de dicho depósito no pudo soportar sin embargo el peso de los rateros y cedió, cayendo estos al interior del depósito con escalera incluida y lógicamente dándose un inesperado y refrescante baño.
El estruendo que se produjo fue monumental a esas horas de la madrugada, y acabó despertando a todos los vecinos de la finca y edificios colindantes, que entre asustados y curiosos accedieron al lugar en el que se había producido el ruido, comprobando que los cacos -ya en plena huida- estaban bajando en ese instante por el ascensor, pues encontraron éste completamente encharcado tras la rocambolesca fuga. Afortunadamente el agua, en este caso, además de otras propiedades y utilidades, sirvió para ahuyentar a los asaltantes y evitar el robo.
Algunos vecinos han comentado que no se explican cómo pudieron obtener las llaves de acceso al edificio, mientras que otros creen que fueron varios los individuos y que pudieron acceder por lar terrazas del edificio colindante.
El suceso ha servido como llamada de atención a los propietarios que viven en edificios comunitarios, que ya en muchos de ellos, están convocando reuniones para tomar las medidas de seguridad oportunas, en cuanto a llaves de acceso a la entrada de los edificios y sobre todo del acceso de terrazas, precisamente una de las principales recomendaciones que las fuerzas de seguridad repiten año tras año a los comuneros para evitar robos usando los terrados como plataforma de acceso. La próxima vez, puede que el agua no evite el robo.
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