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PACO SÁNCHEZ
Domingo, 2 de septiembre 2007, 04:03
«Si no quieres ponerte malo hazte autónomo». M.B. bromea mientras su hermano, D.B., atiende a unos clientes en el negocio familiar. Como cualquier otro día, a pesar de haber sufrido un corte en la mano durante el atraco perpetrado el pasado jueves en su tienda de electrodomésticos. Tres jóvenes, al parecer menores de edad y magrebíes, entraron a plena luz del día provistos de un hacha y un machete para después escapar en un coche robado con 3.000 euros de botín.
Rondaban las siete de la tarde cuando el trío de asaltantes irrumpió en Expert Balsas, comercio situado en la alhameña calle de Federico Servet. «Entraron gritando y saltando. No les entendí muy bien y al principio creía que estaban de broma». Por ello, cuando dos de los cacos se dirigieron hacia el mostrador, ordenando a los presentes que se tirasen al suelo, D.B. hizo caso omiso a sus peticiones. Los chicos, de rasgos magrebíes, «tendrían entre 15 y 16 años. Uno llevaba un hacha de esas pequeñas para cortar leña y el otro un machete de los de la selva, exagerado». El primero golpeó al único cliente que había en la tienda con el contrafilo de su arma y luego, en el suelo, le pegó dos patadas en las piernas. El dueño del establecimiento se llevó la peor parte. Cuando el que parecía ser el cabecilla blandió su cuchillo, D. B. recibió un machetazo en su mano izquierda, con la cual pretendía parar el envite.
El tercer ladrón «se fue directo para la vitrina donde estaban las cámaras y los móviles. Ya me había ido al suelo y, cada vez que intentaba levantarme, el que estba a mi lado me daba con la hoja del machete. Le dije: '¿ves las cámaras? (en referencia al sistema de circuito cerrado). Te están grabando' Y el payo me decía que le daba igual».
Mientras se escuchaba cómo las vitrinas se rompían, «el jefe me pidió que le diera lo de la caja». D.B. contestó que no tenía las llaves. Todo iba muy rápido y en la calle se escuchó el claxon de un automóvil. «Salieron los tres pitando y yo me fui detrás de ellos.
Cuando me di cuenta de que no tenía nada cogí la barra de bajar la persiana y salí a la calle». Los ladrones se montaron en un Peugeot 407 color champagne, donde aguardaba un cuarto compinche y que, según varias fuentes, había sido sustraído en Madrid. Dos videocámaras y siete móviles, dos de ellos de alta gama, engrosan el botín, valorado en unos 3.000 euros. Por el camino, los maleantes perdieron otros cinco teléfonos y el hacha.
Los cuatro delincuentes ya habían huido en dirección a Totana cuando una patrulla de la Policía Local acudió al lugar. Como únicos datos, los agentes recabaron la matrícula del automóvil y una descripción de los asaltantes. «Del que más me cosqué fue del que llevaba el machete. Era de piel muy oscura y pelo muy negro, y llevaba una gorra roja», explicaba D. B. a La Verdad. Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil se personaron en el propio hospital para interrogar al asaltado. Ya el viernes, miembros de la propia Benemérita investigaron en la tienda, de donde extrajeron algunas huellas dactilares.
«Antes te robaban y sabías que había sido El Jaulas o cualquier otro, pero ahora... Con esa violencia..., aquí, en la vida. Ya no se sabe qué es lo que vamos a tener que hacer». Eran algunos de los comentarios que se podían escuchar en el negocio familiar durante estos días. Ante la creciente sensación de peligro, los comerciantes parecen tenerlo claro. «La próxima vez, a mí no me cogen con las manos vacías», aseguraba el mismo agredido.
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