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ISABEL MATEO
Martes, 10 de julio 2007, 03:12
Unos ladrones hicieron su particular agosto en una finca de la pedanía jumillana de las Encebras, con el robo de más de seis mil kilos de pera de la variedad ercolini, en la finca propiedad de R.G.G., un agricultor vecino de Jumilla.
En tan solo unas horas, acabaron con las ilusión y el trabajo de todo un año de este agricultor, que asombrado e indignado comprobó el viernes que unos ladrones le robaron la cosecha de 1.300 perales. Según su esposa, los ladrones sabían lo que hacían ya que robaron la mejor pera, la primera flor, que es la mejor pagada en el mercado llegando a rondar los dos euros el kilo en el mercado.
Este vecino, bajo a su finca el jueves por la tarde a encender el motor del agua sin percatarse que los ladrones habían robado ya la cosecha, la sorpresa fue el viernes por la mañana cuando no podía dar crédito a lo que esta viendo, le habían sustraído toda la pera.
«Escogieron lo mejor»
Según comenta, al menos tuvieron que recogerla una cuadrilla de doce personas o más, por la cantidad que cogieron en apenas unas horas ya que pensamos que la pera fue robada en la tarde del jueves y de día, «lo sabemos por la forma de cogerla ya que fueron escogiendo la mejor, sin dejar en el suelo ninguna, si es de noche eso no se puede hacer por falta de visibilidad, además los ladrones sabían que la primera flor es la mejor pagada y fue la que se llevaron, lo extraño es que estaban las cajas preparadas para su recogida, y no las utilizaron».
Se sospecha que pudieron ser personas de etnia gitana, ya que según algunos vecinos de la pedanía, el día anterior vieron dos furgonetas rondando por la zona. Los hechos han sido denunciados en el cuartel de la Guardia Civil.
Lo anecdótico del asunto es que, quince días antes, este matrimonio sorprendió, en una finca cercana a la suya, a una banda que estaban robando nectarinas a otro vecino de la zona. Al verse sorprendidos salieron huyendo en una furgoneta. «Nosotros no hemos tenido esa suerte, ya que ningún vecino vio nada, y después de un año de trabajo y esfuerzo hemos perdido la cosecha».
Ante los frecuentes robos que se producen en esta fechas en las fincas con frutales, donde los ladrones suelen aprovechar las horas de descanso, algunos agricultores han optado hacer guardia día y noche para evitar que esto ocurra, aunque con miedo por si les sucede algo, ya que ante la falta de vigilancia, según comentan, sale muy caro poner guardias de seguridad.
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