El Grupo 2002 quiere asestar el segundo golpe al Marichal

«Queremos ganar el segundo partido en esta cancha y solventar la final el próximo viernes en casa» declaraba Evedasto Lifante nada más terminar el primer partido de la final en el que el Grupo 2002 arrolló al Marichal en un partido muy intenso y emocionante. La moral de las murcianas está por las nubes y pasan por un estado de forma óptimo. Se sienten un poco más cerca del objetivo y además están acompañadas de 200 aficionados que las empujan y que han tenido un comportamiento exquisito durante su estancia en la isla.

Por el contrario Tenerife se siente vulnerable y sabe que su contrincante es mejor equipo y posee múltiples alternativas en ataque que lo hace casi imparable. Aun así, Tenerife Marichal no ha dicho la última palabra y todavía se pueden esparar muchas cosas de un equipo acostumbrado a ganar año tras año. En el partido de hoy la clave volverá a ser dominar desde el primer momento en el marcador y jugar con ventaja y con la presión.

El equipo que se ponga por delante tendrá mucho ganado y como ya pasó en el primer partido quien lo pierda remará contra corriente y se podrá ir abajo. De momento las murcianas han hecho lo más difícil ganando a Tenerife en su cancha y disfrutan del factor campo a favor e3n una eliminatoria que puede viajar a Murcia del lado del Grupo 2002.

Estudiar al rival

La plantilla que dirige Paulo Coco entrenó ayer en el Pabellón Santiago Martín durante algo más de una hora. El brasileño dedicó el entrenamiento al remate de sus jugadoras más altas y a estudiar los movimientos del rival. La sesión fue corta y se desarrollo al mediodía para acostumbrar a sus jugadoras al horario del partido después de jugar el viernes por la noche.

La totalidad de jugadoras se encuentra en condiciones óptimas para aportar lo que el técnico les exija. En la primera batalla de esta final, Paulo Coco utilizó a jugadoras como Esther Rodríguez, Sara Pérez o Elena García que habitualmente no habían tenido minutos en los partidos importantes. El brasileño quiere máxima intensidad y quiere que todas las jugadoras estén enchufadas.