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M. BUITRAGO
Miércoles, 25 de abril 2007, 11:25
Nadie niega que la huerta tradicional de Murcia está siendo engullida por el espectacular crecimiento urbanístico de la capital. Lo que se desconocía con exactitud era el ritmo de desaparición del manto verde que históricamente ha rodeado a la ciudad y la ha impregnado de sus valores paisajísticos, antropológicos, ambientales y también económicos. El Programa Alberca del Ministerio de Medio Ambiente ofreció ayer una aproximación a este agujero de ozono verde: En los últimos diez años han desaparecido unas 1.500 hectáreas de huerta, el equivalente a otros tantos campos de fútbol de grandes dimensiones.
Esta fagocitosis urbanística de nuevas viviendas, viales, infraestructuras y equipamientos sigue creciendo pese a que la Ley del Suelo alude expresamente -en su artículo 65- a la protección de la huerta tradicional.
La Confederación Hidrográfica del Segura culminó ayer un proceso que se inició en el año 1953 para reconocer formalmente los derechos de los huertanos, y que después de un largo paréntesis fue retomado por la Administración hidráulica en el 2005. El presidente del organismo de cuenca José Salvador Fuentes Zorita, entregó la autorización de la nueva superficie de riego al dirigente de la Junta de Hacendados, Sigifredo Hernández. La Confederación apunta que de esta forma «apoya y protege a los huertanos de Murcia que quieren seguir desarrollando su actividad en una zona que ha sufrido una notable reducción a causa de la presión urbanística».
Bajo el ladrillo
La Confederación, a través del Programa Alberca, ha establecido una superficie regable neta de de 7.976 hectáreas, lo que significa que con la revisión de los límites la superficie de la huerta se reduce en 1.489 hectáreas. Esto supone un 16% de las 9.465 hectáreas (de riego neto) que se venían computando hasta ahora, pero que eran irreales.
Con esta medida la Confederación ejercerá un mayor control de los regadíos y de su consumo de agua, que ha quedado establecido en un máximo de 62,5 hectómetros anuales. Al mismo tiempo, estos derechos quedan recogidos en el Registro de Aguas con efectos retroactivos a 1985 y con 75 años de plazo. La inscripción afecta al aprovechamiento de las aguas circulantes que se captan en acequias y cauces de aguas vivas dentro de la jurisdicción de la Junta de Hacendados. El presidente de la Confederación, Fuentes Zorita, señaló ayer que «pocas veces desde los tiempos de Alfonso X se dan pasos como éste para reconocer los derechos de los huertanos». Sobre la expansión urbanística, estima que la pérdida de terreno de huerta es todavía mayor si se toma en consideración que existen otras 4.000 hectáreas que están consolidadas como zonas urbanas y que han ido creciendo a expensas de cientos de tahúllas.
Ahora se ha establecido un perímetro físico de 14.000 hectáreas de huerta, de las que 9.969 corresponden a riego bruto y las 4.000 restantes a núcleos urbanos de pedanías. Asimismo, del total de riego bruto se ha descontado un 20% reconocido como urbanizable. Sobre la superficie neta regable anterior y la establecida ahora, existe una merma de huerta de 1.489 hectáreas.
Fuentes Zorita recuerda que la Ley del Suelo protege la huerta tradicional y sobre esta base carga la responsabilidad en las decisiones políticas «que se están cargando los valores sociales y antropológicos de la huerta de Murcia».
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