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EMOCIONADA. Glinka mira ayer varias fotos de su compatriota Krysztof. / JUANCHI LÓPEZ / AGM
«Va por tí, Krysztof»
Voleibol

«Va por tí, Krysztof»

Glinka, del Grupo 2002, dedicará el partido de hoy a un adolescente polaco que sufre una grave enfermedad degenerativa y cuyo deseo es verla jugar El delicado estado del joven aficionado le impide viajar a Murcia

PACO BELMONTE

Sábado, 21 de abril 2007, 03:26

Su rostro delata tristeza. Su pensamiento esconde la sonrisa que se dibuja casi siempre en su cara. Y no es para menos. Glinka, jugadora polaca del Grupo 2002, vive entre la emoción y la angustia, entre el deseo y la desesperación. En su país es una auténtica estrella y un referente para los más pequeños.

Allí, en la ciudad polaca de Mielec reside Krysztof, un joven de 17 años con esclerosis múltiple. Pertenece a la Fundación Mam Marzenie, o lo que es lo mismo, Último Deseo. Krysztof se lo ha pedido a sus padres y a sus cuidadores. Su último deseo es ver en acción a Malgorzata Glinka.

Y eso iba a ocurrir hoy, en el encuentro que va a disputar el Grupo 2002 ante el Albacete en el Príncipe de Asturias. Todo estaba planeado, pero unos problemas de última hora lo impiden.

Emocionada

Glinka, con mucha nostalgia explica que «Krysztof tiene una grave enfermedad y necesita de un aparato que le extrae líquido de los pulmones. Es una máquina manual y un proceso que dura una hora, y los médicos le han desaconsejado que viaje en avión para evitar problemas. Es una pena que no pueda venir».

La jugadora polaca del Grupo 2002 suele colaborar de manera activa con la fundación Último Deseo de su país, donando todo lo que puede, incluso vestidos y ropa deportiva para ser subastados. Sus compañeras de equipo la ven muy preocupada durante toda la semana y es que «estaba deseando ver a Krysztof. Es lo más grande que me ha pasado nunca, que una persona enferma haya pensado en mí como último deseo».

En la página web de dicha fundación -www.mammarzenie.org- se puede observar la labor humanitaria que se realiza con los niños polacos más enfermos. Ellos formulan su petición, y a partir de ahí, todo se pone a funcionar para cumplir ese deseo. Glinka tiene claro que «sólo es un inconveniente que no pueda venir, porque yo también estoy deseando poder desplazarme a Mielec para ver a Krisztof. Lo haré lo antes posible para poder abrazarlo y agradecerle este detalle tan bonito».

Sólo con ver el entusiasmo que pone hablando de Krisztof queda claro que la estrella de Glinka no brilla sólo en la cancha de voleibol, en donde es una de las mejores jugadoras del mundo. Hoy, sus puntos irán más allá del otro lado de la red. Con mucho cariño y con fuerza para Krisztof.

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