MURCIA / Los ayuntamientos de Archena y Jumilla deberán indemnizar a vecinos afectados por el ruido que causaban dos bares

El descanso que les ha faltado durante años empieza a arroparse con las mantas de la tranquilidad y la justicia. El Tribunal Superior de Justicia de Murcia ha dictado dos sentencias a favor de varios vecinos de Archena y de Jumilla que han comprobado durante muchas noches lo molesto que puede llegar a ser el tiempo de ocio de los jóvenes. El fallo de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJ obliga a los dos ayuntamientos murcianos a indemnizar a los demandantes con cantidades superiores a los 24.000 euros, «como consecuencia del silencio administrativo cuando el Consistorio fue requerido para acabar con las molestias que denunciaron los ciudadanos».

Los locales son el bar El Bucanero, en Archena, y El Caracolero, en Jumilla. Los propietarios de El Bucanero ya fueron condenados por la Audiencia Provincial a sendas penas de dos años de prisión, además de una multa económica y la inhabilitación durante un año y medio para explotar cualquier negocio de bar-cafetería o local musical, como autores de delitos contra el medio ambiente y de lesiones. Sin embargo, la sentencia del TSJ culpa ahora al consistorio archenero de dejadez en los trámites administrativos, pese a que sobre el local recaían ya, en el momento de su cierre, tres precintos y varias sanciones económicas. Aún así, dos de esos tres precintos del equipo de música del establecimiento fueron finalmente levantados por las autoridades.

En el caso del local de Jumilla, el Ayuntamiento deberá pagar 330 euros mensuales con efecto retroactivo desde 1998 y hasta que no se solucione el conflicto.

No es el primer caso que se da en la Región de Murcia en el que unos vecinos afectados por el ruido nocturno de los bares de copas obtengan una indemnización, ya sea del propio negocio o del ayuntamiento responsable, por los daños causados por la contaminación acústica. El fallo del TSJ se apoya en otra sentencia, del año 2001, que hacía referencia a los perjuicios que ocasionaban a los vecinos varios bares de Cabo de Palos, y en la cual se condenó al Ayuntamiento de Cartagena también por la «pasividad» demostrada a la hora de aplicar las medidas correctoras necesarias para garantizar el descanso a los vecinos de esta zona.