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PEPA GARCÍA
Miércoles, 28 de marzo 2007, 03:36
Bâb Ibn Ahmad, Puerta del Raval, Puerta de Santa Olalla, Siete Puertas y Puerta de Santa Eulalia. Con todos estos nombres se denominó a lo largo de la historia de la ciudad de Murcia -que ya se prolonga casi doce siglos, pues fue fundada en junio del año 825 por orden de Abderramán II como capital del estado omeya- a la puerta de la muralla ubicada en la actual Plaza de Santa Eulalia.
El pasado islámico de la ciudad cobra hoy un especial protagonismo en Murcia con la inauguración del Centro de Visitantes de la Muralla de Santa Eulalia, que se convierte así en referente de la arquitectura defensiva árabe y en una oportunidad única para ciudadanos y visitantes de conocer de cerca y en detalle los restos de la muralla árabe, construida en torno al siglo XII, reforzada y reformada continuamente hasta el siglo XV, ya con Murcia en poder de los reyes cristianos, y en desuso desde entonces hasta la actualidad, en que se empieza a recuperar un patrimonio oculto durante siglos bajo nuestros pies.
Desde ayer, el periodo de historia comprendido entre el siglo XII -época en la que Murcia llegó a ser la segunda capital en importancia de Al Andalus, tras Sevilla, bajo el gobierno de Ibn Mardanish, el Rey Lobo- y el siglo XVIII será para los ciudadanos un libro abierto.
Un espacio milenario
El nuevo Centro de Visitantes de la Muralla, que ayer inauguraron el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, el consejero de Turismo, José Pablo Ruiz Abellán, y la concejal de Turismo, María Isabel Valcárcel, podrá ser visitado todos los días (de lunes a domingo) en grupo y con guías. Un recorrido que adentra al visitante en la historia, primero, a través de un audiovisual en el que se narra de forma amena y comprensible la historia de la fundación de la ciudad, sus gobernantes más destacados, sus conquistas y reconquistas, sus construcciones medievales más singulares y su paso a manos de los reyes cristianos; y después, a través de los paños de la muralla, que en sus tramos mejor conservados alcanzan quince metros de altura y cuatro de anchura, así como el proceso constructivo, a base de tapiales (de cal y arena) con encofrado, de esta importante estructura defensiva.
Una cronología cuenta los hechos más importantes de los casi seis siglos de la ciudad, del IX -siglo de su fundación- hasta el XV y una estatigrafía cultural expone una pieza importante década siglo: «Empieza en el IX con un candil y termina en el XIV con una marmita», comenta Antonio Sebastián, director del proyecto de musealización del centro. Un audiovisual interactivo permite a las personas con dificultad de movimiento acceder a las instalaciones y conocer el monumento.
Un paseo por la planta inferior permite hacer un viaje en el tiempo y sentirse como un guardián de la ciudad: pisando el suelo que pisaban en el siglo XII, paseando entre la muralla y antemuralla que los protegió de los enemigos invasores y de las avenidas del río, y acercando nuestras cabezas hasta las saeteras desde las que los defensores paraban los ataques a la ciudad. Así, se puede observar de primera mano cómo era la puerta en su periodo árabe y cómo se convirtió en un acceso acodado (en forma de codo) cuando en el siglo XV, ya en periodo cristiano, fue reformada.
Otro audiovisual, en este caso en la planta inferior, da cumplida cuenta de esta transformación, producida a lo largo de tres siglos, y permite observar un plano de la Murcia islámica en la que se encuentran detallados los tramos de muralla que aún se conservan.
La visita al centro se completa en la planta superior, desde la que, a modo de pasarela, se puede tener una visión similar a la que en la época en que estaba en uso tenían quienes vigilaban desde arriba la muralla. Y, la última sala muestra tres maquetas de Murcia: la primera de ellas dedicada a la Murcia islámica en el siglo XIII, momento de mayor apogeo con la conquista castellana; otra de la Murcia moderna, con los planos de la muralla del siglo XV al XVIII, época en la que surgen nuevos barrios extramuros como el de San Juan y el de El Carmen; y una última con la Murcia contemporánea. Otro audiovisual ofrece a modo de resumen toda la historia, complementada con otros puntos visitables de la muralla que hoy hay en la ciudad, así como un interactivo que relaciona la Murcia barroca con la islámica.
Monteagudo, otro paso
Este proyecto, impulsado por el consorcio Murcia Cruce de Caminos, es sólo uno de los primeros pasos para recuperar el patrimonio histórico tantos años olvidado. Un proyecto que, como anunció ayer el alcalde, continuará con la recuperación del Castillo de Monteagudo, construido en el siglo XII al igual que otros recintos palaciegos como el de Castillejo y Larache o el Alcázar Ceguir (Las Claras), y que ya se ha puesto en marcha.
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