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AL SOL. José Moreno, director de la Fundación Cajamurcia -fondo, izquierda-; José Antonio Lozano Teruel, presidente del Consejo de Admon. de La Verdad; Agustín Navarrete, presidente de la AECC-Murcia; y, a la derecha, la senadora Belén Fdez.-Delgado. / JUAN LEAL
Como un Viernes Santo
SALZILLO, TESTIGO DE UN SIGLO DISFRUTANDO EL GRAN DÍA

Como un Viernes Santo

Cientos de invitados soportaron estoicamente el intenso calor para ver la exposición y compartir con el Rey un aperitivo a base de zarangollo, jamón y canapés de anchoa

PEPA GARCÍA

Viernes, 2 de marzo 2007, 03:44

Contentos, satisfechos y orgullosos por contar con «una gloria» como las obras de Salzillo, como se refiere a ellas el presidente de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Rafael Cebrián, estaban los varios centenares de invitados (divididos en categorías, eso sí) a la inauguración oficial del primero de los actos conmemorativos del III Centenario del Nacimiento del escultor Francisco Salzillo, que por un lado o por otro se sentían parte de «la mejor manera de conmemorar los 300 años de Salzillo, que hoy en día, con los medios de comunicación e internet llegará hasta el último lugar del planeta dando otro nombre a la ciudad y a la Comunidad. Una oportunidad impagable porque es lo mejor que tenemos en Murcia: Salzillo, su obra, su escuela y su tiempo, el siglo XVIII», definía Antonio Gómez Fayrén, ex vicepresidente de la Comunidad, el sentir general.

Por un lado los vips, que visitaron la muestra codo con codo con Juan Carlos I, encabezados por el presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, y la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y seguidos por el resto de patronos, los mecenas de la exposición, y autoridades: el presidente de la Asamblea Regional, Francisco Celdrán; el delegado del Gobierno, Ángel González; el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, para quien esta cita supone «una oportunidad para que la Murcia moderna, que armoniza con su pasado, se dé a conocer más allá de nuestras fronteras»; Juan Roca Guillamón y Carlos Egea Krauel, presidente y director general de Cajamurcia, respectivamente; el obispo de la Diócesis de Cartagena, Juan Antonio Reig Plá, que esperaba que «España entera se sienta convocada para venir a Murcia a contemplar la belleza de lo que este gran hombre -Salzillo- nos ha dejado»; el almirante de Acción Marítima, Juan Carlos Muñoz-Delgado; el consejero de Educación y Cultura, Juan Ramón Medina Precioso, y el de Turismo, Comercio y Consumo, José Pablo Ruiz Abellán; el secretario general de Presidencia, José Antonio Ruiz Vivo; José García-Velasco, presidente de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales; Antonio González Barnés, concejal de Cultura de Murcia; y, cómo no, dos imprescindibles en el acto inaugural, el comisario de la muestra y catedrático de Historia del Arte, Cristóbal Belda Navarro, y el arquitecto Pablo Puente, responsable del diseño de la muestra, como ya lo fueran ambos de las exitosas exposiciones Huellas y La Ciudad en lo Alto.

El resto de invitados al acto tuvieron que hacer acto de presencia en la plaza de San Agustín bien temprano y pese al rigor con que el sol enviaba sus rayos, aguantaron estoicos los sudores hasta la hora de entrar a disfrutar la muestra. Una exposición que muchos de estos invitados se habían trabajado. Así, entre ellos estaba la directora del Museo Salzillo, la siempre sonriente María Teresa Marín, y el equipo del Centro de Restauración de Verónicas al completo, encabezado por el cordial jefe Francisco López Soldevila, artífices de las maravillosas restauraciones realizadas en obras y arquitecturas.

No quiso perderse la cita casi ningún alcalde, por lo que sería más breve enumerar a los que no estuvieron. Eso sí, muchos de ellos aprovecharon la interesante velada, unos para reencontrarse con viejos conocidos, otros para hacer nuevos contactos. «El día de la inauguración de una exposición no se puede ver con todo el detalle que nos gustaría a las personas que realmente amamos y disfrutamos el arte, así que otro día volveremos e invito a todos los murcianos a hacerlo porque realmente merece la pena», comentaba el alcalde de Ceutí, Manuel Hurtado, cuando abandonaba, acompañado de Carlos Collado, ex presidente de la Comunidad, el patio del colegio Buen Pastor, donde se celebró la recepción. Pues como ambos no daban por finalizada su visita a la exposición, a la que volverán en breve, Hurtado quiso cerrar un compromiso, y lo hizo: «He aprovechado, como se hace en estos casos, para que se comprometa a visitar este mismo mes Ceutí, que sólo lo conoce por referencias», decía jocoso, pero siempre al quite para no desperdiciar ninguna ocasión de oro.

Representantes del mundo de la cultura, como los directores de museos como Martín Páez o Manuel Fernández-Delgado, y políticos de todo color y condición completaron la amplísima nómina de invitados que repusieron las fuerzas perdidas bajo el sol con un aperitivo a base de zarangollo, jamón y canapés de anchoa.

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