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JOSÉ OTÓN
Lunes, 26 de febrero 2007, 11:15
El Grupo 2002 ya tiene lo que buscaba desde hace dos años: ser el mejor equipo de España. Tras varios intentos, decepciones y muchas horas de trabajo, el equipo de Evedasto Lifante ha conseguido hacerse con la Copa, un título de los denominados grandes. Y lo ha hecho cono todas las de la ley pasando por encima de un buen Universidad de Burgos, ganando en semifinales a una de las mejores versiones del Tenerife Marichal y borrando de la pista a un Agüere que fue un invitado en la fiesta murciana de San Sebastián de los Reyes.
Una vez conocidos los resultados del sorteo de cuartos y los respectivos cruces de semifinales, a nadie se le escapaba que la verdadera final del torneo sería el sábado por la tarde con un partido que iba a enfrentar al gigante del voleibol europeo, el Tenerife Marichal, y un coloso en construcción, el Grupo 2002, que en dos años ha aprendido de algunos errores fruto de la inexperiencia y que en ningún momento ha parado de crecer. Las jugadoras de Paulo Coco tendrán ahora que defender en cada pista tento europea como española, esa presión añadida que debe soportar un equipo que ha cambiado la tendencia y la historia de los últimos años en un deporte que crece cada día en igual medida que lo ha hecho el equipo murciano.
Sin historia
La final celebrada ayer no tuvo la intensidad necesaria para una final de la Copa de la Reina. El Agüere, el año pasado con graves problemas económicos y cerca del descenso, se había colado en la finalísima tras dar la sorpresa en el partido inaugural derrotando al Sanse, equipo organizador. El sábado y contra todo pronóstico, las tinerfeñas se veían las caras contra un Albacete que era el favorito en la otra parte del cuadro. La victoria de las tinerfeñas por un contundente tres a cero contra las albaceteñas, se convirtió en la segunda sorpresa del torneo y dejaba fuera de la final al único equipo que por la otra parte del cuadro tenía posibilidades de hacerle cara al Grupo 2002 a un solo partido.
En la gran final, el Grupo 2002 no incurrió en ningún momento en los mismo errores que el Sanse y el Albacete. Las de Paulo Coco salieron debidamente engrasados a la pista y no dieron ninguna opción a su rival. Murcia ponía sobre la pista a su sexteto titular con Kilic, Gilnka, Amaranta Fernández, Agata Mroz, Nancy Metcalf y la colocadora brasileña Fernanda Venturini. En un primer set en las que las tinerfeñas se acercaron en la recta final, las de Coco ponían tierra de por medio con un 21-25. La colocadora recién llegada a Murcia, Fernanda Venturini, ha sido clave en la consecución del segundo título del Grupo 2002.
Venturini ha dado esa visión de juego a un equipo en el que sólo con remate, no se ganaban los partidos importantes. Tanto Metcalf, Kilic, Glinka como Amaranta Fernández, han encontrado en Venturini ese pulmón distribuidor de juego que necesita cualquier equipo que aspire a todo.
Con un Grupo 2002 que no se prestó a que la final tuviera más de un protagonista, el 0-2 fue coser y cantar. Un 18-25 en 23 minutos de juego que no hacían más que confirmar que levantar el trofeo era cuestión de tiempo. En el tercero y definitivo las tinerfeñas intentaban morir con las botas puestas y dieron algo de guerra a las murcianas mientras que Coco otorgaba minutos a jugadoras que no habían participado con asiduidad en el torneo como Vargas, Esther Rodríguez o Elena García. Con Kilic ejerciendo de jugadora más determinante con un saque fulminante y un remate imparable, el Grupo 2002 se hacía con el tercer set en 22 minutos de juego y con un contundente 25-18.
Todos los miembros del equipo murciano saltaron a la pista con la consecución del último punto de la final. No sólo la XXIII edición del torneo viajaba para Murcia sino que además el equipo de Evedasto se quitaba de encima ese papel de segundón al que se habían visto abocados en los dos últimos años. El gigante Tenerife había quedado diluido y todas las críticas, los reproches y los ninguneos pasaban a la historia. Evedasto Lifante era incapaz de articular apenas palabras: «Es un momento histórico para el voleibol murciano. Es la primera vez que un equipo de nuestra tierra gana un título de máximo nivel». La líbero Diana Castaño 'Pitu', confesaba lo que había sido un año cargado de tensión: «Es como si nos hubiéramos quitado un gran peso de encima. Necesitábamos este título para seguir creciendo como equipo».
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