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PACO BELMONTE
Domingo, 25 de febrero 2007, 02:41
Se acabó el maleficio Marichal. El Grupo 2002 luchará ante el Agüere canario hoy por su segundo título de la temporada tras derrotar a las tinerfeñas en un partido dominado de principio a fin. El efecto Venturini tiene su prolongación, y eso que sólo hace tres semanas que ha llegado. La colocadora carioca le ha lavado la cara a un equipo que parece otro, en el que todas las estrellas brillan y en el que bailan al ritmo que impone la colocadora. Ella lo tiene claro. Hay que hacer jugar al equipo para que sus compañeras se diviertan. El resto llega solo.
Un vendaval
Y esa fue la clave del primer set, en donde Marichal no supo encontrar su sitio en la pista, ante la variedad ofensiva del Grupo 2002. Paulo Coco transmitía desde el banquillo lo que quería que se reflejara en la pista, y todo se cumplía a la perfección.
El bloqueo, con Amaranta y Mroz tocaba casi todas las bolas, mientras que las centrales tinerfeñas, en especial, Ana Ibis Fernández, no remataban con facilidad. La concentración era clave en el set inicial, y las murcianas comenzaron a ganar ahí el partido. El 15-25 lo dice absolutamente todo.
Se esperaba la reacción de las supercampeonas, que llegó en el segundo de la mano de la atacante turca Neslihan Demir y de la americana Logan Tom. Pero ni mucho menos se fue del partido el cuadro de Evedasto Lifante. Todo lo contrario. Planteó batalla en cada balón, con una defensa mucho más agresiva y acertada que en toda la temporada. La igualdad fue máxima, pero en los puntos decisivos, el 2002 estuvo más acertado.
Mucha guerra
Las estadísticas le daban la razón a Venturini, que distribuía por igual entre Metcalf, Glinka, Kilic y las centrales de su equipo. La tendencia fue igual en el tercero, aunque ahí las tinerfeñas tuvieron más cabeza fría. Con el tramo final, y empate a veintidos, los errores se minimizaban y el set caía del lado de las chicas de Kiko Cabrera.
Había partido, ya que la historia no se cambia en dos días. Y el Grupo 2002 siguió a lo suyo, a luchar cada punto para liquidar psicológicamente al rival. Los cambios en momentos decisivos, como la entrada de la dominicana Annerys Vargas, le dio aire al juego murciano. Otra vez un final igualado, sin que le temblara a nadie la mano. El Grupo 2002 liquidó la semifinal y hoy luchará por su segundo título de la temporada. La crisis coge el vuelo aéreo y se instala en la isla. La felicidad y la tranquilidad regresa a Murcia, y será aún más grande si hoy se logra el segundo título.
La historia del voleibol femenino comienza a cambiar. Murcia ya disfruta con su equipo, que a base de títulos quiere seguir creciendo aún más.
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