Luis Oliver, con efecto retroactivo

Todo es posible con el navarro Luis Oliver Albesa en la escena. Cuando parecían olvidados los últimos latigazos de castigo dirigidos a la epidermis blanquinegra, el redentor Francisco Gómez Hernández recibe un nuevo mazazo en forma de pago a realizar para que el Cartagena continúe a flote y pueda navegar en los revueltos mares de la Segunda B. Uno no sabe si fue premonitoria la pregunta que servidor le hizo al presidente del club en el almuerzo navideño que ofreció en Las Gaviotas de La Manga a jugadores, técnicos, directivos, empleados y prensa. «¿No estás cansado de poder dinero para el fútbol cartagenero?»

La respuesta del empresario de Jacarilla fue breve, como breves son casi todas sus contestaciones, a veces espontáneas y de vez en cuando envueltas por la polémica, según quién le tire de la lengua: «No; no estoy cansado».

Días después llega la andanada de los 55 millones de las viejas pesetas que el FC Cartagena tendrá que abonar por el caso César Esteban, asunto del que se puede hablar mucho, y ello representa un suma y sigue en la cadena de sorpresas, más o menos relativas, a las que tiene que hacer frente el responsable del club para poder salvar su cuarto proyecto que debe conducir a la entidad a Segunda.

El de César Esteban fue un fichaje histórico, como en menor escala lo fue el de Astudillo, al que Oliver dejó marchar con el contrato en vigor pero manteniéndose las obligaciones económicas propias del cumplimiento de las cláusulas. Oliver, que sigue atenazado por los pleitos relacionados con su paso por el Cartagena, hizo en su momento una siembra de bombas de relojería en el entorno cartagenerista; fichó a diestro y siniestro, sin negociar apenas al tener bien clarito que el pago de las deudas no iba a ir con él.

Cuatro años después de que el sucedáneo de caballo de Atila pasase por el Cartagonova, el goteo de los problemas económico se hace presente para hacer posible que Paco Gómez pueda maldecir la hora en que futbolísticamente aterrizó en Cartagena. La única compensación para él sería un ascenso del club en el que ya ha invertido cerca de ochocientos millones de pesetas.