Borrar
Fernando Alejandre Martínez, en su visita a la Academia General del Aire. :: Antonio Gil / AGM
«A finales de año sabremos cuántos submarinos S-80 necesitaremos»

«A finales de año sabremos cuántos submarinos S-80 necesitaremos»

Fernando Alejandre Martínez. Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD)

Lunes, 23 de abril 2018, 00:33

Tras un primer año en el cargo de visita e inspección por las misiones militares desplegadas en el exterior, tiene clara la fotografía que quiere ver cuando acabe 2018: las Fuerzas Armadas de 2035. La máxima autoridad militar después del Rey ofrece un trato cercano y un tono sereno, producto de una larga trayectoria que le llevó a ser el segundo jefe del Mando de la OTAN, antes de convertirse en el mando operativo de las Fuerzas Armadas el pasado marzo de 2017. No elude tema alguno, ni siquiera los que suscitan debate, como Cataluña o las carencias del Ejército. Tampoco el traslado a Corvera de los vuelos civiles de San Javier.

-¿Desde cuánto viene su relación con la Región?

-Soy paracaidista, como dice mi uniforme. En 1978 pasé dos meses en la base de Alcantarilla. Fue una corta pero muy agradable temporada allí. Además, soy buceador de la Armada, estuve en Cartagena de septiembre a diciembre de 1980. Me vine con mi mujer. Estábamos recién casados y aproveché para hacer turismo de interior en Murcia, que no es cosa baladí. No solo buceaba, por lo que conozco toda la costa murciana, sino que además hice unas excursiones estupendas por Sierra Espuña. Y he tenido a un hijo, que es capitán de Infantería, destinado en Murcia cinco años, como teniente en la Tercera Bandera en Javalí Nuevo.

-¿Cuál es el motivo de su visita a la AGA, después de haber recorrido medio mundo en estos primeros meses en el cargo?

-He intentado hacerme cargo de mi propio puesto de trabajo y he visitado todas las unidades desplegadas fuera, y ahora intento hacer algo de pedagogía de los cambios que quiero introducir en las Fuerzas Armadas. Y una oportunidad maravillosa es hacerlo con quienes las van a liderar porque yo ya estoy en la vía muerta. Me quedan tres años en activo y luego ya me voy.

-¿Cómo se recuerda de alumno?

-¡Uf! Un follón de criatura. No me recuerdo muy bien. Tengo un imborrable y magnífico recuerdo de mi tiempo en la Academia. Cuando uno está en las academias tiende a magnificar lo malo, y solo cuando ha pasado se da cuenta de todo lo enormemente bueno que ha aprendido. Yo me recuerdo siempre protestando, que imagino que será lo mismo que hacen ahora los cadetes. Sin embargo, con el tiempo uno se dá cuenta de que todo tenía un sentido y que todo encajaba perfectamente.

-¿Con qué objetivos trabaja el JEMAD un año después de tomar posesión del máximo cargo militar de las Fuerzas Armadas?

--Trabajo con tres objetivos principales. El más inmediato es conseguir que la actuación de las Fuerzas Armadas en el exterior sea todo lo eficaz que debe ser y redunde en los beneficios para España que debe tener. Es decir, emplear la fuerza del modo más adecuado. Luego hay objetivos más a medio y largo plazo. Diseñar unas Fuerzas Armadas para el año 2020 ó 2035, que sean aún más eficaces que las de ahora. Diseñar unas Fuerzas Armadas para cumplir cualquier tipo de misión. Es mi verdadero caballo de batalla. Luego hay otros objetivos, como mejorar el conocimiento que la sociedad tiene de nosotros, y tratar de impulsar ese ánimo, esa fe en nosotros mismos que, en ocasiones, con motivo de crisis o lo que sea, podemos llegar a perder.

-¿Puede adelantar cómo serán esas Fuerzas Armadas en el futuro?

-En eso estamos precisamente ahora. Y el dibujo no está acabado. Lo estará antes de final de año, pero lo que estamos viendo es qué Fuerzas Armadas necesita España para dos cosas fundamentales: primero para hacer frente a las amenazas, porque España tiene amenazas, aunque sea a veces difícil de entender por una parte de la sociedad. Y un segundo pilar es que España quiere ser relevante, y para serlo, tiene que usar sus Fuerzas Armadas como una herramienta más. A estas alturas no estoy aún en condiciones de decir cómo me gustaría que fueran. De lo que sí estoy seguro es de que trabajaremos en unas Fuerzas Armadas que tendrán un importante elemento técnico y tecnológico, con sistemas de armas más modernos que no exigen el cambio 'uno por uno' de cada plataforma, sino que tal vez una plataforma sustituya a tres de los sistemas actuales, pero sobre todo basada en dos puntos importantes: el personal y los valores.

-¿Cómo estará presente España en las próximas misiones internacionales?

-Estaremos presentes en las misiones internacionales en tanto en cuanto repercutan en la seguridad de España, y en tanto repercutan en la seguridad de las organizaciones de seguridad y defensa a las que pertenecemos. Nosotros cuando vamos a operaciones, lo hacemos con dos objetivos principales: el primero es la defensa de nuestro país. Miramos que eso repercuta en el bien de la seguridad nacional. Y segundo, tenemos en cuenta las solicitudes que nos hagan las organizaciones de seguridad y defensa, OTAN y Unión Europea, a las que pertenecemos. Hay un tercer componente, el de aquellos países que nos soliciten ayuda. Para estos tres ámbitos de actuación nos preparamos. Los ejércitos preparan la fuerza y yo lo que hago es emplearla en los distintos objetivos.

-¿Eso quiere decir que España mantendrá el mismo grado actual de intervención en las operaciones internacionales?

-Creo que eso es indudable. Si queremos ser relevantes tenemos que mantener, por lo menos el nivel actual, si no ir aumentándolo, que es lo que a nosotros nos gustaría paulatinamente a lo largo del tiempo. España, por su papel en la arena europea e internacional, por su relevancia en la UE y en la OTAN, no puede permitirse el lujo de dar la espalda al resto de sus aliados. Cuando uno forma parte de un club tiene que pagar una cuota. Pues esa es la cuota que nos toca. El umbral ahora mismo está fijado en unos 3.000 soldados en el exterior pero, como la situación de crisis va quedando atrás, si la situación económica lo permite, habrá posibilidades de ir incrementándola. Una de las cosas que no sabemos nunca es qué va a pasar mañana. Dónde va a surgir el siguiente conflicto es algo que no sabemos.

-En la Región radican destacados intereses militares de los tres ejércitos y, por su situación estratégica, como base de operaciones en el Mediterráneo, ¿qué planes de futuro tiene Defensa para la Región?

-Yo creo que mantener la situación como está. Pienso que pocas regiones pueden tener, como tiene Murcia, una base naval que es una de las tres de España, una Academia General del Aire como esta, que además puede usarse como base de proyección o base de apoyo para muchas cosas, una base naval en la que está el mando de la vigilancia y seguridad marítima de todo el territorio nacional, y luego la Escuela Militar de Paracaidismo y la Tercera Bandera o Regimiento Zaragoza. Y hay incluso uno de los cuatro puntos de anclaje de la artillería antiaérea nacional, basados también en Cartagena. Pocas comunidades autónomas, y encima uniprovinciales, se pueden permitir decir que tienen Tierra, Mar y Aire.

-¿Los conflictos abiertos en el Mediterráneo (piratería, éxodo marítimo de migrantes y refugiados, tráfico ilícito, pesca ilegal, contaminación) llevarán a dotar de mayores funciones y medios el Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima (COVAM) de Cartagena?

-No creo que vaya a sufrir un incremento de sus capacidades, lo que sí opino es que hay que mantenerlo y equiparlo adecuadamente, sobre todo porque es el centro de operaciones desde el que se vigila todo el territorio nacional. Si cambia la situación, se adaptará. Si no, se mantendrá. Y, sobre todo, lo que procuraremos es que tenga las capacidades y los medios materiales que necesita para cumplir su misión.

-¿A Defensa le resultará útil disponer de unas instalaciones añadidas a las actuales, que son las que dejará el traslado del aeropuerto comercial a Corvera? ¿Defensa necesita instalaciones en la Región?

-Entiendo que no. Es la respuesta rápida, pero es un tema que no me compete porque no es un tema operativo ni de futuro empleo operativo de las Fuerzas Armadas y entiendo que el jefe del Estado Mayor del Aire lo mirará porque si finalmente queda esa zona, pues a lo mejor puede hacer una expansión hacia allá. Pero no lo sé. De hecho lo he descubierto al aterrizar, porque yo no sabía nada del otro aeropuerto.

-¿No sabía de la dualidad de aeropuertos de la Región?

-Nada en absoluto. Lo prometo.

-El traslado de la actividad aeroportuaria comercial supondrá una serie de cambios en las autovías aéreas: ¿están definidas?

-He hablado con el director de la Academia y me ha dicho que están buscando modos de paliar los problemas que surgieron, pero si algo tiene el Ejército del Aire es flexibilidad, o sea que seguro que saben adaptarse a la situación.

-¿Se mantiene la entrega de los submarinos S-80 para 2021?

- No tengo responsabilidad sobre el desarrollo directo del submarino, pero juraría que la última fecha prevista es 2022.

-¿Cómo está afectando el retraso en los S-80 a la capacidad de respuesta de los compromisos internacionales de España y al control marítimo del Mediterráneo?

-Evidentemente, España no se puede permitir no contar con una capacidad submarina. Lo tengo claro, y me consta que tanto el secretario de Estado de la Defensa como la ministra de Defensa opinan lo mismo. Ahora es cuestión de tiempo. Puede que haya un 'gap', una brecha, entre la pérdida de capacidad de los submarinos actuales y la llegada del nuevo, pero trataremos de reducirla lo más posible y, desde luego, lo más importante es seguir trabajando en el proyecto y seguir impulsándolo, porque es un reto para la industria, un reto para nosotros y para todos, pero sobre todo para nuestra seguridad, como bien dice.

-¿Pero ha notado la falta de esta dotación para atender los compromisos nacionales?

-Sí, claro, pero ahora tiramos de la flota existente.

-¿Cuenta con los cuatro previstos?

-De momento, sí. Pero eso está en fase de definición. A finales de año sabremos con precisión cuántos S-80 vamos a necesitar. Ahora de momento, sabemos el compromiso que tiene el secretario de Estado, pero ese compromiso tiene que tener su reflejo en los planes de ese ejército 2020-2035 que estamos diseñando, y eso aún no está finalizado.

-El Ejército del Aire se enfrenta a otro reto con la renovación del C-101 para la instrucción de vuelo. ¿Se ha decidido ya el modelo?

-Tengo la misma previsión que con los S-80. Hay una preocupación, porque es un avión que lleva volando ya casi el mismo tiempo que yo ingresé en la Academia, o sea que lleva 40 años en vuelo, y necesitamos reemplazarlo. El Ejército del Aire está buscando alternativas y nosotros fijaremos los números de sustitución, es decir, que dentro de los objetivos de fuerza a largo plazo determinaremos cuántos hacen falta y de qué modelos. Pero eso, como digo, a lo largo del año.

-¿Qué se puede esperar de este futuro avión, para que sea tan útil como el C-101, un icono para la Patrulla Águila?

-El C-101 ha sido nuestro escaparate. Buscamos un modelo con las misma prestaciones o mejores, que con menos aparatos seamos capaces de cumplir el objetivo, o con el mismo número de aparatos. Para eso tengo la suerte de contar con el Ejército del Aire, que está viendo opciones.

-¿Ve necesario el relevo también del avión de transporte Aviocar que sirve a la Escuela de Paracaidismo?

-Ese estaba ahí ya en 1978 cuando yo hice el curso, o sea que entiendo que todo entra en el mismo proceso. Quizá no es la misma prioridad, pero sí el mismo proceso. Hay que renovar flotas.

-¿La unidad de zapadores de Alcantarilla, el EZAPAC, seguirá incrementando su intervención en misiones internacionales?

-La Escuadrilla de Zapadores está participando en Irak, en Senegal y seguirá estando donde está. Hay que tener en cuenta que dentro de la capacidad que ellos proporcionan, que es de operaciones especiales, Murcia cuenta con dos de esas capacidades, la Fuerza de Guerra Naval en Cartagena y la Escuadrilla, y en Alicante el Mando de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra. Son las tres patas, la triada que sustenta al Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE). Creo que hay un gran campo para avanzar en la sinergia de las capacidades de tierra, mar y aire, para conseguir que el MCOE vea un futuro brillante en los próximos cinco o diez años.

-El pasado noviembre, con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, se refirió a la situación de Cataluña como «el mayor desafío de nuestra democracia». ¿Cómo ve el estamento militar español el conflicto?

-Cuando aquello ocurría, yo hablaba de un problema grave pero con el devenir de los acontecimientos se ha convertido en un problema estrictamente político, en el cual evidentemente no tengo nada que hacer. Pero yo lo que tengo que estar es preparado, que es lo que hacen las Fuerzas Armadas españolas, estar preparadas para cumplir su misión, misión constitucional que nos marca el propio funcionamiento de la democracia. Y para eso estamos preparados, en todo momento. Aquello fue un reto, y ahora estamos listos para actuar, pero creo que no hay ninguna necesidad. En aquel momento lo dudaba y hoy creo que no tengo ninguna duda. Lo único claro es que, es a decisión del Gobierno, y yo preveo, planeo y, si llega el caso, ejecuto.

-¿En aquel momento de preocupación máxima, otoño de 2017, vio justificada una posible intervención militar en Cataluña?

-La justificación o no, no depende de mí. Depende del Gobierno. La justificación y la orden de ejecución las da el Gobierno. Yo lo único que hice es tener los planes previstos, porque lo que no puede ocurrir es que llegue una orden y yo no esté preparado para cumplirla, pero ahí se queda todo.

-El proyecto de Presupuestos del Estado presenta ya un incremento de los fondos dedicados a Defensa que ha causado debate. ¿Usted qué opina?

-El proyecto de Presupuestos ha suscitado debate, pero entiendo que, como ayer tuvo oportunidad de defender la parte que me corresponde ante los diputados de la Comisión de Defensa del Congreso y no vi tal debate. Es más, lo único que vi fue apoyo y palabras de elogio a las Fuerzas Armadas. Nadie puso en duda que sea necesario incrementar el presupuesto. Lo único que necesitamos es ver ahora ese incremento palpable y tangible en proyectos como el S-80, de mayor empleo de unidades en operaciones... Había representados cuatro grupos parlamentarios y todos estaban de acuerdo en que hay que seguir impulsando el incremento del presupuesto de Defensa porque, por mor de la crisis se ha quedado muy atrasado y, sobre todo, porque no ha habido inversión en sustituir las capacidades obsoletas en casi diez años. Si queremos unas Fuerzas Armadas adecuadas tenemos que pagar por ellas, y entiendo que es lo que está dispuesto a hacer el Parlamento.

-Las imágenes de guerra siempre son dolorosas, pero en los últimos días hemos visto escenas de víctimas muy duras en Siria. ¿Cómo recuerda su participación en la mítica operación militar para proteger a la población kurda, al norte de Irak, tras la Guerra del Golfo?

-La viví de dos formas totalmente diferentes y separadas. La primera parte que vi es la que sale en los telediarios, la que impacta. Los niños sufriendo, las madres llorando, los muertos, a cualquier persona le impresiona. Eso es muy duro y hay que estar preparado, pero sobre todo tuve un privilegio: era la primera vez que salíamos a una operación más allá de nuestra fronteras en un número importante de años y me permitió tener constancia, por primera vez en mi vida, de lo buenas que eran las Fuerzas Armadas españolas. Nos encontramos con un espejo, y la imagen que obtuve fue muchísimo mejor de la que yo hubiera soñado en mi vida. Aquella fue la demostración palpable de que España tenía unos militares excepcionales.

-¿Le preocupa la calidad de la información que recibimos los ciudadanos, a través de diversos canales y redes sociales, sobre todo acerca de los conflictos armados?

-Hay preocupación. Les acabo de decir a los cadetes que me gustaría que fuésemos cerrando la brecha entre lo que nosotros hacemos y el mensaje que mandamos. Un compañero suyo, Ángel Expósito dijo, ante un montón de generales, ustedes son mucho mejores de lo que dicen que son, hagan el favor de decírselo a la sociedad. Eso es lo que me gustaría llevarme cuando acabe mi turno de guardia, el convencimiento de que la sociedad española sabe que estamos aquí para servirles, y que nuestra misión es su libertad. Nos preocupan las noticias falsas, pero más aún que la sociedad malinterprete lo que hacemos.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad «A finales de año sabremos cuántos submarinos S-80 necesitaremos»