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Miguel Ángel López y Carrillo, ayer en Pekín, tras el triunfo del primero. :: LV
Puntilloso y emotivo

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Carrillo, entrenador de Miguel Ángel López, es perfeccionista y se emociona cuando ve la película 'Carros de fuego'

PACO LASTRA

Lunes, 24 de agosto 2015, 00:39

«Mi entrenador [José Antonio Carrillo] es el Guardiola de la marcha», dijo Miguel Ángel López tras ser elegido mejor atleta español del año en 2013. Así definió al técnico ciezano, quien se fijó en el flamante campeón del mundo cuando era cadete. «Si no fuera por él seguramente no estaría aquí, habría acabado en otro sitio. Todo se lo debo a él, a su sabiduría, a su bagaje y a su experiencia con otros marchadores, sobre todo con Molina, que me han hecho ser mejor».

Carrillo, presidente del UCAM Athleo de Cieza y técnico de la Real Federación Española de Atletismo, es una persona hiperactiva, un sabio que es capaz de entender a un campeón e intuitivamente organizarle la mejor preparación. Nunca se separa de su pupilo, ya que le gusta cuidar todos los detalles. Su primer gran atleta fue Fernando Vázquez, quien se ofreció para participar en una carrera de 3.000 metros para la que no había atletas suficientes. Este gesto bastó para que Carrillo se fijara en aquel joven deportista, quien acabó compitiendo en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Carrillo se empeñó.

Juanma Molina, Benjamín Sánchez y Miguel Ángel López completan un cartel de marchadores de lujo que se han formado a las órdenes de un entrenador puntilloso y perfeccionista, que sabe formar campeones como nadie.

«La marcha española siempre ha estado en un momento excelente, al menos, en sus equipos absolutos, pero debemos seguir trabajando con las bases y apoyando a los distintos núcleos de nuestro país para que siempre tengamos repuesto para las rutilantes estrellas del momento», dijo Carrillo hace diez años. No habló por hablar. Pone el mismo interés y es igual de duro con Miguel Ángel López que, por ejemplo, con Manuel Bermúdez, Amanda Cano, Melisa Sánchez Bermejo (hermana de Benjamín Sánchez), Irene Vázquez y María Alarcón, marchadores que ya despuntan y que tienen a su favor algo que asusta a sus rivales: comparten entrenador y no es otro que José Antonio Carrillo, el mejor.

En 2005 Miguel Ángel López ya era su ojito derecho. El de Llano de Brujas fue sexto en el Mundial juvenil y noveno en el europeo júnior. Ganó todos los campeonatos de España, en ruta, pista y escolar y acabó décimo en la Copa de Europa para juniors. «Va a lograr lo que se proponga», vaticinó con acierto un orgulloso Carrillo, quien ya está dándole vueltas al sueño, a la preparación de la cita de Río 2016. «Estamos pensando en hacer la altura en Sudamérica, en un sitio que no esté a más de dos horas de diferencia de Brasil para poder bajar justo cuatro días antes de la competición», dice Carrillo, quien también tiene en la cabeza la preparación de Benjamín Sánchez, su bala para los 50 kilómetros del sábado.

Carrillo se emociona con la película 'Carros de fuego' y sueña con poder vivir una escena similar a la protagonizada por el entrenador de la película, aquella en la que, desde su hotel, al observar que la bandera izada en el centro es la británica, en una reacción de júbilo saluda con su sombrero. «De hecho, me voy a comprar uno de paja y pienso hacerle un agujero semejante si Miguel Ángel saca medalla en Río», dijo ayer a Efe.

La exquisita técnica es la cualidad que Carrillo destaca en su discípulo. «En Pekín ha vuelto a dar una lección de técnica. En esto, para mí, sí que es el mejor del mundo sin discusión, a años luz de los demás, y eso me satisface más porque siempre estamos puliendo defectillos para que no decaiga la técnica».

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