![«Esta profesión que no se merece tanto desprecio de sus gobernantes»](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/pre2017/multimedia/noticias/201702/05/media/108422726.jpg)
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R. GONZÁLEZ / D. ROLDÁN
Domingo, 5 de febrero 2017, 02:24
Ana Belén había anunciado en la alfombra roja que su discurso iba a ser muy sencillo y relajado. Y, en un principio, cumplió. Se limitó a narrar algunos de sus episodios vitales cuando daba sus primeros pasos en la música y luego en la actuación. Pero cuando el discurso se diluía en las últimas décadas de trabajo y en loas familiares, la musa reivindicativa apareció para darle un zarandeo al propio sector del cine y a los políticos.
A la industria, Ana Belén le pidió que tenga en cuenta el trabajo de las mujeres, tanto las actrices como a todas las profesionales que están detrás de las cámaras. «Aún me resulta difícil de entender que cueste tanto reconocer el valor de las mujeres en una profesión tan liberal como la nuestra. A veces pienso que si no se necesitaran mujeres para interpretar, ni siquiera estaríamos las que estamos», dijo la actriz, premiada con el Goya de Honor.
«Estamos mejor que hace 50 años, pero queda mucho por mejorar. No entiendo que después de tantos años de lucha, la precariedad de nuestro sector sea tan pavorosa», destacó Ana Belén, que estaba acompañada por su hija Marina, Víctor Manuel y Joan Manuel Serrat, entre otros amigos. «Quiero dar las gracias a mi familia, a mis hermanos, a mis hijos, porque son el ancla que me ata a esta tierra. Y a Víctor que sin él la vida no tendría sentido».
A los políticos, la actriz solo les dedicó la última frase: «Salud y trabajo para esta profesión que no se merece tanto desprecio de sus gobernantes». Una profesión que, según recordó, sirve para «hacer preguntas aunque no se obtengan respuestas». También permite ponerse en la piel de otros, lo que le hizo a la actriz «entender mejor a los demás y ser más tolerante».
En el repaso de su vida, Ana Belén mencionó a doña Paquita, la profesa que le animó a que esa niña «que sabía cantar» sacara partido a sus dotes, o a Miguel Narros, que apareció en su adolescencia y le preguntó si quería ser actriz «de verdad». También recordó a muchos de los que la dirigieron en escena, «a todos les agradezco sus enseñanzas buenas y lo que no se debe hacer».
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