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Miguel Rubio
Lunes, 16 de marzo 2015, 00:38
La huella que Víctor Beltrí (1862-1935), referente del modernismo en la Región, dejó en el cementerio de Mazarrón se hace más grande. Confirmado que el panteón de los Martínez Oliva fue un diseño del arquitecto catalán afincado en Cartagena -tras localizarse en el archivo un documento sobre la compra de la parcela en el camposanto para la sepultura de esta familia-, ahora las miradas se centran en otro monumento funerario: el de Francisco Povo y su esposa.
A Guillermo Cegarra Beltrí, estudioso de la obra de su bisabuelo, no le quedan dudas de que este mausoleo también es obra de su antepasado. «La sorpresa sería que apareciera un documento demostrando lo contrario», declara a 'La Verdad'. A la espera de hallar la prueba definitiva que confirme su hipótesis, Cegarra Beltrí afirma que en la tumba de los Povo (en la calle principal del cementerio) se aprecian claramente los detalles que caracterizan la obra del arquitecto modernista. Por ejemplo, las falsas bisagras («era el único que las utilizaba») y los herrajes, que «siguen una misma pauta».
Este estudioso, autor de una guía sobre el modernismo en Murcia, defiende que el citado panteón es «de lo mejorcito que hay en la Región» en lo que a construcciones funerarias se refiere. «Estilísticamente es el más original, porque podemos ver una combinación de tres corrientes: art nouveau, neoegipcio y secesión vienesa».
Sin embargo, esa relevancia de poco le ha valido a la hora de su conservación. El panteón, que data de 1926, sufre un grave deterioro. Los mayores desperfectos se localizan en el interior, donde han anidado las aves. La techumbre se ha desplomado dañando las lápidas de mármol. Cegarra Beltrí ya advirtió de los daños al Ayuntamiento, a la vez que sugirió su protección, dado su interés artístico, aprovechando la revisión del plan urbano.
El misterio aún envuelve al matrimonio Povo. El investigador ha conseguido pocos datos acerca de los propietarios del enterramiento. «Francisco Povo trabajó como escribano en los juzgados de Cartagena. Seguramente allí entró en contacto con las familias adineradas de la época, que encargaron a Beltrí no solo sus mansiones sino también sus tumbas, porque querían que su estatus quedara a la vista para siempre. Se llegaron a gastar enormes fortunas en estos panteones», comenta Guillemo Cegarra.
De momento, el Ayuntamiento ya se ha interesado por la obra de Beltrí en el cementerio. El concejal de Cultura, Ginés Campillo, comenta que se está estudiando la puesta en marcha de una escuela taller para restaurar los monumentos funerarios de los Povo y los Martínez Oliva. Uno de los escollos es ver la posibilidad de que se pueda destinar dinero público al arreglo de unas propiedades privadas que, además, no cuentan con ninguna protección cultural. El arquitecto municipal está visitando los dos principales camposantos del municipio para elaborar una relación de los panteones que puedan tener un mayor interés artístico.
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