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BORJA ROBERT
Martes, 10 de febrero 2015, 02:08
La figura de Narciso Méndez Bringa es de blanco y negro. Maestro de la ilustración española y, sin embargo, casi un desconocido. Sus dibujos acompañaron a relatos e historias en varias de las más destacadas revistas gráficas de finales del siglo XIX y principios del XX, pero su eco apenas sobrevivió a la guerra civil, ni al cambio de época que ésta supuso. Ni tiene influencias claras, ni artistas posteriores que se reconozcan en él. Lo pintó todo: costumbre, guerras, historia, actualidad y ciencia ficción. Sus estampas se publicaron junto a textos de autores como Benito Pérez Galdós, Jacinto Benavente, Emilia Pardo Bazán y Vicente Blasco Ibañez. Desde hoy, el Museo ABC (Madrid) presenta la primera gran exposición sobre su obra, en la que muestra más de 200 originales en los que plasmó la España de su época.
«Su obra es alucinante. Tiene una mirada fotográfica que plasma con la técnica de un pintor. Tenía que ser muy portentoso y generoso para poder trabajar con tan poco tiempo y con tanto detalle», asegura sobre Méndez Bringa el ilustrador Fernando Vicente. Los dibujos -de los que a veces elaboraba seis en una semana- rebosan en pormenores y juegos de luz y sombra fuera de lo convencional. «Y todo sin resultar aburrido, sin abrumar», afirma Víctor Zarza, crítico de arte, profesor de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y comisario de la exposición. Aunque todo lo que pintó lo hizo para ser publicado en revistas, obtuvo dos segundos premios en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1906 y 1911.
Méndez Bringa nació en 1868 en Madrid, y allí murió en 1933. Publicó por primera vez con 11 años -en la revista de sucesos 'Ocurrencias'-y trabajó hasta el final -sobre todo para 'Blanco y Negro'-, siempre como ilustrador. «No se le conoce más obra que sus ilustraciones», asegura el comisario. Durante su vida, según los expertos, más que cambiar su estilo adaptó su técnica. Siempre fue prolijo en detalles, casi fotorrealista, aunque con los años evolucionó para dar más importancia a la línea para definir las formas de sus creaciones. «Le aproxima esa modalidad que hoy se denomina línea clara», aseguran desde el museo. «Podría afirmarse que su estilo se localiza, técnicamente hablando, en lo que resta entre la realidad que conocemos y la realidad que vemos representada», explica Zarza.
La exposición acompaña en este recorrido y también se centra en sus facetas de ilustrador polifacético, de cronista de su época y de retratista de un tipo muy concreto de mujer. «Su identificación con el retrato femenino fue tal que llegaría a popularizarse durante años el término 'mujeres Méndez Bringa'», explica la presentación de la exposición. «Esto surge a partir de la década de los 10», aclara el comisario. «Se refiere a una joven morena, de nariz y cejas rectas, estilizada y delicada». En la única entrevista conocida con el ilustrador, asegura, confesó que esta chica que él dibujó tanto estaba inspirada en una idealización de su hija, que murió con él en vida.
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