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DIEGO MARTÍNEZ
Jueves, 18 de diciembre 2014, 10:19
La homeopatía, el 'feng shui' y los productos milagro son solo algunas de las prácticas sin base científica que el jumillano Isidoro Martínez se dedica a exponer en su blog '¿Qué mal puede hacer?'. El autor recibe denuncias de todas partes de España y se encarga de dar voz a quienes han sido víctimas de engaños de este tipo, convencidos de que iban a suponer una mejora para su salud. Su labor le valió el mes pasado a este informático en paro el Premio Bitácoras 2014 al mejor blog de acción social.
Dirección quemalpuedehacer.es
Creación 13 de enero de 2014.
Actualización 2 o 3 entradas por semana.
-¿De qué formas pueden dañar estas prácticas?
-La cuestión es que son terapias y prácticas sin efectividad comprobada. Hay una vía inmediata de perjuicio, el económico, y luego está el que causa en la salud pensar que algo que estamos utilizando funciona cuando realmente no es así. Por otro lado, ver que te han podido engañar también es dañino a nivel psicológico.
-¿Qué le motivó a poner en marcha este blog?
-Ver un caso -no recuerdo exactamente cuál- que no me tocaba personalmente pero me llamó la atención. Me pregunté si no había en nuestro país algún sitio que recogiese ese tipo de casos en los que se produce un daño por utilizar cosas que no sirven para nada.
-¿Por qué acaba 'picando' una persona en este tipo de promesas pseudocientíficas?
-Podemos picar todos, incluido yo, porque todos percibimos la realidad a nuestra manera. La subjetividad hace que aprecies una propuesta sin valorarla en todos sus aspectos, y si encima influye el factor emocional, eres más susceptible aún.
-¿Es también un problema cultural y social?
-Por supuesto, hay muchísimas cosas que se dan por hecho porque es muy fácil extender un supuesto conocimiento entre nuestro círculo cercano sin comprobar si es cierto.
-¿Qué intereses puede tener una persona que no cobra por estos 'servicios'?
-Los pocos que no cobran tienen un interés muy claro: hinchar su ego, algo que puede crear adicción. Hay personas a las que, por el hecho de poder dar una charla y ver los aplausos de la gente, les merece la pena el esfuerzo.
-¿Hay alguna pseudociencia que esté aceptada a niveles alarmantes?
-Hay dos bastante claras. La principal es la homeopatía, un supuesto medicamento que no es tal porque no hay ningún principio activo en él. Ellos hablan de energías, pero no hay ninguna sola evidencia de que funcione. Otra muy aceptada es la acupuntura, que tiene ese toque exótico al llegar desde Oriente y ser algo muy relajante que parece que nos transporta a otro sitio actuando de placebo: psicológicamente nos encontramos mejor aunque no estemos mejorando.
-¿Qué le tiene que quedar a la gente claro sobre este tema?
-Hay que informarse y evaluar críticamente la información que nos llega. No sirve de nada que un Premio Nobel haya dicho que es bueno, hay que cerciorarse a título personal.
-¿Son los blogs por sí solos suficientemente influyentes para tomar cartas en el asunto?
-Los primeros que deben ser conscientes de que esto puede ser un problema social y de salud son los gobernantes, desde el Ministerio de Sanidad a la consejería de turno. Los blogs servimos para exponer situaciones y hacerlas llegar a quienes pueden tomar decisiones, pero ellos deben tener la voluntad. Actualmente, hay una regulación pretendida por el Ministerio de Sanidad de la homeopatía que es absurda. Esos productos tienen que diferenciarse de los medicamentos, y no pueden venderse en una farmacia, menos aún sin indicar en su envase que no está comprobado que sirva para nada.
-¿Qué ha supuesto para el blog ganar el premio Bitácoras?
-Hay más afluencia de público, y público muy interesante, además. Seguidores de mucha calidad, como profesores universitarios, médicos y farmacéuticos. Personas que pueden dar difusión a estas situaciones. Sirve de apoyo también al trabajo que se está haciendo y nos da mucha autoridad de cara a exponer ciertos problemas.
-¿Le llegan muchos casos?
-Por desgracia, muchos menos de los que hay. Uno siete u ocho al mes. Mucha gente no cuenta su caso por temor o por la vergüenza que le supone haber caído en algo así. Pero lo importante precisamente es exponer y alertar de estas situaciones a los demás. Hay que contarlo.
-¿Cómo se puede ayudar a quienes hayan sido víctimas de una estafa de este tipo?
-Lo principal es hacerles ver la realidad de las cosas para evitar que vuelvan a caer.
-¿La justicia actúa? ¿Sirve de algo denunciar por la vía legal?
-En el caso de que alguien haya recomendado abandonar una medicación para utilizar su pseudociencia, por supuesto que estamos en nuestro derecho. Y en el momento en que un médico o fisioterapeuta nos recomendase alguna de estas prácticas -que los hay-, lo primero que habría que hacer es ponerles una queja formal. Es un tema complicado, porque la legislación española tiene una laguna bastante grande. Por ejemplo, una persona puede decir que un producto tóxico cura el sida y recomendarlo y no le pasa nada. Para que se considerase un atentado contra la salud pública tendría que distribuirlo.
-Ahora está intentando que se cancele la charla de Josep Pàmies en el Centro Puertas de Castilla este fin de semana.
-Al menos, que no se realice en un lugar de titularidad pública. Este señor dice que un producto tóxico cura el sida, o la malaria. Y la gente lo está tomando, pese a que está prohibidísimo por la Sociedad Española de Medicamentos. Promociona también plantas contra el ébola o el cáncer. No hay nada concreto, pero el Puertas de Castilla lo está evaluando, cuando al principio había rechazado completamente la idea de cancelarlo.
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