Un conductor sufre una paliza tras arrollar y matar a la matriarca de un clan de Alguazas

Brígida Salgado terminó de hacer unas compras en el supermercado Campillo López y se subió en la moto eléctrica con la que, debido a sus problemas de movilidad, siempre se desplazaba por Alguazas. Se dirigía al Barrio del Carmen para visitar a uno de sus hijos y se adentró en la carretera que atraviesa la avenida de Colón. Justo cuando acababa de salir del paso subterráneo de las vías del tren, a la altura del número 8, un turismo la embistió por detrás.

«La moto de tres ruedas acabó partida por la mitad y la anciana tirada sobre el asfalto», según aseguraron varios testigos. Brígida, de 81 años, era la matriarca del clan gitano más conocido del municipio. A las 13.23 horas, la centralita del 112 empezó a recibir una avalancha de llamadas.

«Estaba en casa cuando escuché a mucha gente chillando y llorando en la calle», relataba ayer un joven que vive en la céntrica avenida. «Salí de casa y vi a la mujer herida en la carretera». La mujer entró en parada cardiorrespiratoria. «El coche era un modelo de Citroen y tenía el morro destrozado».

En unos minutos la zona se llenó de decenas de familiares de Brígida y de vecinos del Barrio del Carmen. «¡Ay mi madre!», clamaba uno de los hijos de la matriarca del clan. Se vivieron fuertes momentos de tensión en la avenida de Colón, tal y como confirmó el 112: «Los sanitarios explicaron que había muchas personas y que estaban violentas». De hecho, los cinco agentes de la Policía Local que se habían movilizado, se vieron desbordados, y tuvieron que recibir el apoyo de una patrulla de la Guardia Civil.

«La gente decía que el conductor iba borracho y que había atropellado a la mujer por detrás», afirmaba este joven. El personal sanitario trató de reanimar a Brígida 'in situ', pero tras numerosos esfuerzos solo pudieron certificar su fallecimiento. Por su parte, el conductor, M.A.A.S., que había sido agredido, presentaba lesiones en el cuello, tenía partido el tabique nasal, múltiples contusiones, un traumatismo craneoencefálico y acabó entrando en parada, aunque fue estabilizado y trasladado de urgencia al hospital Virgen de La Arrixaca.

Ataques de epilepisa

Cuando se comunicó el fallecimiento de la anciana a la familia, algunos miembros llegaron a sufrir crisis nerviosas. El alcalde de Alguazas, Blas Ruipérez, confirmó que «la mujer circulaba por su carril con el vehículo para discapacitados; el turismo iba por detrás y supuestamente la ha atropellado». La avenida tiene limitada la velocidad y el regidor indicó que M.A.A.S., de 45 años, en apariencia «no circulaba a 30 kilómetros por hora». Al margen del presunto exceso de velocidad, lo que está claro es que conducía bajo los efectos del alcohol. Fuentes de Alcaldía corroboraron anoche que «ha dado positivo el test de alcoholemia que se le ha practicado al conductor». Las diligencias policiales, que se abrieron por un atropello, dieron un giro horas después y se vieron ampliadas, ya que fuentes de la Guardia Civil confirmaron que «primero se ha producido un accidente de circulación y después han agredido el conductor del turismo».

La brutal agresión se produjo, al parecer, antes de la llegada del personal médico y las fuerzas del orden público. Así lo reconoció el alcalde: «Cuando la Policía Local llegó a la avenida varias personas habían agredido al conductor». M.A.A.S. es vigilante de seguridad y trabaja en una presa para la Confederación Hidrográfica del Segura. De momento, la Benemérita no ha detenido a nadie.

Estado de «prealerta»

La paliza que recibió fue de tal calibre que su pronóstico era reservado al cierre de esta edición. En el número 8 de la avenida de Colón, los miembros del clan de Brígida montaron un 'altar' improvisado, colocando ramos de flores en memoria de la matriarca. Hijos, nietos y decenas de familiares lloraban sin consuelo en plena calle. Por la zona no asomaba ni un solo vecino, excepto familiares y las continuas patrullas de la Policía Local y la Benemérita. «Las competencias de seguridad ciudadana son de la Guardia Civil y están en prealerta; nosotros entendemos el dolor de la familia y le hemos pedido que abandonen la calle, pero mientras no alteren el orden público no hacen nada malo».

Un redactor de este diario trató de acercarse hasta el punto en el que depositaban flores, pero uno de los hijos de la matriarca del clan le invitó a marcharse: «Yo os respeto a vosotros, pero es mi madre; respetarlo».