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El parte médico donde se le prescribe al alcalde que no debe llevar ninguna carga de tipo político.
El alcalde de Abanilla lleva desde septiembre sin ir al Consistorio por prescripción facultativa

El alcalde de Abanilla lleva desde septiembre sin ir al Consistorio por prescripción facultativa

El regidor popular alega que un médico le ha dado «una baja para el tipo político», pero sigue yendo cada día a su puesto de director de un colegio

Jorge García Badía

Martes, 18 de noviembre 2014, 02:05

Hasta ahora había bajas laborales, pero en Abanilla ya han 'patentado' la baja política. Lo único claro del asunto es que la oposición está que trina con el alcalde popular, Fernando Molina Parra, porque desde el pasado 20 de julio no aparece por el Ayuntamiento, ni por los plenos, ni por las juntas de gobierno. El regidor popular no está de baja laboral, pero tiene delegadas sus funciones en el primer teniente de alcalde, Pascual Martínez. Y, sin embargo, los vecinos y los ediles de IUMA y PSOE ven cómo cada mañana Molina Parra acude puntualmente a ejercer como director del colegio Santísima Cruz, que está a solo 400 metros de su otro despacho: el del Consistorio.

Así lo pudo comprobar ayer este diario, que acudió al Pleno donde se aprobaron los presupuestos de 2015, y acto seguido se desplazó al centro educativo, corroborando la presencia del regidor mientras se celebraba la sesión plenaria. Molina Parra justificó su abstención continuada en el ejercicio de alcalde mostrando a 'La Verdad' un parte de consulta, que le extendieron el pasado septiembre en el centro de salud de Abanilla, que textualmente le prescribe: «Por motivos de salud, no debe llevar ninguna carga de tipo político durante al menos dos meses».

«El médico me dice: 'Váyase al fútbol, a los toros, al colegio, pero tírese una temporada sin entrar en el cuerpo a cuerpo», alega Molina.

El primer edil reconoce que su situación no es muy usual: «Estoy de baja médica, pero en el colegio no. Estoy de baja médica en el tema de cualquier situación política, que me causa una serie de problemas». De hecho, expone que en el centro de salud le han extendido otro volante similar al de septiembre, «en el que el médico me ha dicho que tengo un mes más» de 'exclusión política'.

Es decir, que admite que no tiene pensado acudir al Ayuntamiento en los próximos días, pero también que no piensa dimitir. «Esto es una situación puntual después de 28 años. Quiero terminar mi legislatura; yo no tengo abandonado el Ayuntamiento, porque está funcionando perfectamente y todos los días tengo una coordinación perfecta con Pascual y con mi equipo de Gobierno. Si hiciera falta en un punto la mayoría absoluta de siete concejales, yo estaría allí, aunque fuera a rastras».

El regidor no aclaró la patología específica que sufre; solo habló de «muchos temas de hipertensión que me están afectando duramente». Quiso recordar que no cobra nada del Consistorio y que «yo como» del centro escolar. «Mi médico de cabecera, que es el director del centro de salud, Carlos Turné, me ha dicho que es positivo que me aparte un poco de la política. Me dio dos meses primero y luego un mes más».

Desde la Consejería de Sanidad no quisieron entrar ayer a valorar la recomendación médica. «Eso es responsabilidad del médico, que es el que en función de su trabajo le hace la prescripción. Si luego hay alguna denuncia o situación irregular, eso lo vería la Inspección de Trabajo».

Molina Parra reiteró que «si yo viera que esto se extiende más tiempo lo dejaría. Para seis meses que me quedan quiero terminar mi legislatura, porque si no parece que estoy huyendo de algo. He dado la cara y sigo estando». Sigue estando, aunque en otro emplazamiento, ya que muchos vecinos están acudiendo al colegio para solucionar asuntos de la Alcaldía abanillera.

Solo dos plenos de ocho

Lo cierto es que, en lo que va de año, el regidor solo ha asistido a dos plenos (enero y junio) de los ocho convocados. Pero lo que más está encendiendo los ánimos de la oposición «es la dejación de funciones» de Molina Parra desde que antes de verano firmó un decreto para irse de vacaciones a Cuenca del 20 de julio al 27 de agosto.

Posteriormente, firmó otro decreto, que le permitió seguir en el dique seco del 9 de septiembre al 9 de noviembre, y finalmente rubricó otro más, que textualmente decía: «Continuación de delegación de funciones de Alcaldía». En concreto, del 10 de noviembre al próximo 10 de diciembre, con lo que sumaría 132 días delegando el bastón de mando en el primer teniente Martínez.

Por ello, llegado el turno de ruegos y preguntas en el Pleno de ayer, la edil del IUMA, María Dolores Saurín, pidió la dimisión del alcalde. La independiente ya hizo esta petición en el Pleno de septiembre, al que tampoco acudió Molina. Saurín argumenta que «debe dimitir por dignidad política, por pudor y por respeto a los ciudadanos y a esta Corporación. En septiembre, cuando estaba en vigor uno de estos decretos, acudió a inaugurar la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, en las fiestas del Cantón. Si no está para los plenos no está para inauguraciones. Son cuatro meses sin aparecer y enfrentarse a la oposición».

La portavoz socialista, María José Atienza ironiza que «es una baja, un poco rara; todo esto nos parece surrealista. Se está dando una imagen penosa del Ayuntamiento y de abandono al pueblo». Atienza avanza que «estudiaremos la situación» y la posibilidad de pedir al popular que «dimita».

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