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Fuera de la posible moratoria, porque se trata de ampliar un núcleo urbano

E. R. K.

Domingo, 16 de abril 2017, 00:52

Quince años han pasado desde que el Ayuntamiento dio el primer visto bueno a la uirbanización La Perla de Levante, junto a Los Urrutias. En 2002 el Pleno aprobó el plan parcial Sector Pl-1. Fue Pilar Barreiro, en su segunda legislatura como alcaldesa (por el PP), quien impulsó el plan, con José Fidel Saura como concejal de Urbanismo. Por entonces el PSOE, que todavía no tenía a Ana Belén Castejón como concejal, decidió abstenerse e Izquierda Unida votó en contra.

El procedimiento se hizo de acuerdo el plan urbano de 1987. De ahí que la anulación, el año pasado, del nuevo planeamiento aprobado en 2012 no le haga, en principio, ninguna mella a esta promoción, ni al hotel que está incluido en ella.

En los tres lustros transcurridos, muchas cosas han cambiado en la costa del Mar Menor. Entre ellas está estuvo desecharla denominada 'Ciudad del Golf', con la que se pretendió 'alfombrar' todo el litoral sur del Mar Menor con resorts basados en la práctica de este deporte. Entre las urbanizaciones previstas se encontraban las del entorno del saladar de Lo Poyo, incluida Novo Carthago.

Promociones fallidas

Esta última promoción, con 6.000 viviendas en lugar de las 10.000 iniciales, es lo único de todo aquello que se salvó de la decisión tomada, en 2006, por el entonces presidente regional Ramón Luis Valcárcel. Éste puso fin al plan de Lo Poyo, ante las sospechas de corrupción. Sin embargo, la tramitación de Novo Carthago (fruto de una investigación judicial) siguió adelante. Aun así, por ahora no se ha puesto un ladrillo.

Perla de Levante va en otra línea. En el complejo hotelero apenas se prevé construir en una cuarta parte del terreno. El resto serán suelos libres y de uso deportivos, en el que primarán las zonas verdes. La posibilidad de que la Comunidad Autónoma establezca un moratoria urbanística en el Mar Menor (una iniciativa del PSOE apoyada por Podemos y Ciudadanos y rechazada por el PP) deja fuera la expansión de núcleos urbanos consolidados. Éste es el caso del suelo de Profusa en Estrella de Mar.

Otros intentos de urbanización en la costa se vieron frustrados por la anulación del Plan General de 2012. Un ejemplo es el proyecto de construir viviendas en las laderas de Cala Reona que dan al Mediterráneo.

En el caso de La Manga Club, sus propietarios han salvado dos promociones en la zona de Atamaría, tras adaptar el proyecto a las exigencias municipales.

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