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Lunes, 8 de febrero 2016, 11:04
Los colorantes alimenticios están presentes en cualquier cocina, aunque no siempre se es consciente de los riesgos que los de origen sintético pueden entrañar para la salud.
De ahí y de la prohibición de la tartrazina (colorante amarillo empleado principalmente en arroces y caldos) en algunos países, parte la tesis del ya doctor por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Pedro José Giménez, que descubrió que el extracto de higo chumbo se puede aplicar como colorante natural en alimentos y que reporta beneficios, pues contiene sustancias anticancerígenas, antioxidantes y antiinflamatorias, entre otras.
La tesis, dirigida por los profesores del Departamento de Ingeniería Química Ambiental de la UPCT, José Antonio Fernández y Juan Ignacio Moreno, llega a la conclusión de que el extracto de pigmentos de higo chumbo tiene "un interesante potencial como colorante natural de alimentos", aparte de ser rico en sustancias bioactivas que le confieren efectos biosaludables muy demandados por los consumidores.
Los directores de la misma explican que el planteamiento de este trabajo responde al interés de las industrias alimentarias de disponer de nuevos colorantes naturales amarillos hidrosolubles y que puedan sustituir a la tartrazina.
"Hay países en los que ya se ha prohibido este colorante debido a que su consumo constante afecta a la salud, provoca cambios en los estados de ánimo, hiperactividad, ansiedad y trastornos en el sueño, especialmente en niños", comentó el docente José Antonio Fernández.
Ambos aseguran que llevan desde el año 2000 investigando cómo obtener colorantes alimenticios de verduras y frutas. Ya habían logrado la obtención de colorante rojo, también obtenido de frutos de higo chumbo, que es de naturaleza similar al de la remolacha.
Ahora, y a raíz de la tesis de Pedro José Giménez, los investigadores han obtenido los primeros resultados con el colorante amarillo, aunque aún les queda un largo recorrido para que se pueda extender su uso. "Hemos probado su durabilidad y perdura en el tiempo sin perder el color ni las propiedades", aseguran satisfechos mientras muestran el extracto, que se caracteriza por ser de un color amarillo intenso.
Aunque de momento se aconseja su empleo en helados, yogures, zumos y bebidas que tengan que estar en el frigorífico, pues el compuesto no soporta las altas temperaturas "y pierde el color cuando entra en contacto con ellas ", explicaron. No obstante dicen que seguirán investigando para mejorar el colorante y que se comercialice en un futuro.
Para poder realizar la investigación contaron con fondos del ministerio y de la Fundación Séneca, si bien, advierten que desde que empezó la crisis económica han sufrido un importante recorte para financiar nuevos proyectos.
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