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José Alberto González
Jueves, 5 de noviembre 2015, 11:34
«Muchas decisiones en el ámbito del urbanismo tomadas durante años han tenido como resultado que el núcleo histórico de Cartagena tiene hoy más solares que antes, menos población y que cierto patrimonio como el modernista ha sido afectado seriamente, hasta el punto que resulta difícil de contextualizar. El único conjunto histórico que conserva una cierta integridad, a pesar de ciertas actuaciones municipales como la del CIM (Ayuntamiento) y de ciertas decisiones fatales de sus administradores (en concreto la destrucción del dique de Feringán), es el Arsenal Militar, que inexplicablemente carece de protección como Bien de Interés cultural (BIC), a pesar de encontrarse dentro del recinto amurallado».
A partir de esa argumentación, la Asociación de Defensa del Patrimonio Histórico de Cartagena (Adepa), que agrupa a expertos en patrimonio y a vecinos, planteó en verano al nuevo Gobierno local que impulse un proyecto para que la Comunidad Autónoma declare BIC el establecimiento castrense con mayor relevancia histórica, arquitectónica y patrimonial del municipio. Y el Ejecutivo ha hecho suya la idea, según confirmó ayer un portavoz.
Blindaje en 1987
En un encuentro con el nuevo alcalde, José López, el presidente de ese colectivo ciudadano, Juan Miguel Margalef, defendió en agosto que el Plan Especial de Ordenación y Protección del Casco Histórico de Cartagena (Peopch) erró «precisamente en anular el grado de protección de la línea de edificios que bordea la Calle Real». Según el delegado de Adepa, ese lienzo no es simplemente un muro, «sino que en realidad tiene rango de muralla interior». Suprimir su protección fue supone, según Margalef, una «contradicción con el grado de protección que le concedía a dicha muralla el Plan General de 1987».
Para Adepa, el Arsenal (construido a partir de una orden del Felipe V en 1731 e inaugurado en 1782 bajo el reinado de Carlos III) sale mal parado en la comparación con el trato recibido por otros monumentos históricos. «El fracaso de la política urbanística respecto al Arsenal es más que evidente, si la contrastamos con operaciones de puesta en valor del patrimonio que están resultando muy beneficiosas para la ciudad. Ejemplos son la Casa Consistorial, la Muralla de Carlos III, el Teatro Romano, el Augusteum, la Muralla Púnica y el Barrio del Foro Romano».
La propuesta de la asociación que lidera Margalef pasa por proteger de manera íntegra el Arsenal (construido por Sebastián Feringán y Mateo Vodopich), para evitar situaciones como la eliminación de varias calles de la trama urbana original en la remodelación del Barrio Universitario, los derribos del Monte Sacro, y la demolición del convento de las Siervas. «Los bienes históricos destruidos son irrecuperables, porque no tienen valor de reposición», señala el presidente de Adepa, quien plantea que este proyecto se ponga en manos de expertos agrupados en dos órganos de nueva creación: un Consejo Asesor de patrimonio histórico, que garantice la independencia y la participación; y una Oficina técnica de Urbanismo histórico, «integrada por arqueólogos, arquitectos y licenciados en Bellas Artes» e inspirada en experiencias como la Oficina de Patrimonio Cultural de la Diputación de Barcelona.
Arqueología industrial
Respecto a los valores de esta base naval y antiguo astillero que merecen el mayor grado de protección legal, en Adepa explican que es el «más importante conjunto histórico de arqueología industrial del siglo XVIII que tenemos en Cartagena»; uno de los tres arsenales que se conservan en España (junto a los de El Ferrol, en la provincia de La Coruña, y San Fernando, en la de Cádiz); y «uno de los cien elementos de arqueología industrial principales del país», un juicio compartido por la Fundación Sierra Minera.
«Paradójicamente el Arsenal, a pesar de ser la razón de ser del sistema defensivo de la bahía de Cartagena, no es BIC como el de El Ferrol. Además, está insuficientemente protegido a nivel urbanístico por el Plan General y por el Plan Especial de Cartagena. Ello lo hace vulnerable a la especulación, ante posible peticiones de derribo de la muralla interior, y a los desmanes de sus propios gestores o del propio Ayuntamiento», advierte Juan Miguel Margalef. Y considera que, como pruebas de lo anterior, están «la segregación del antiguo Cuartel de Instrucción de Marinería (CIM) por parte municipal», antes de la restauración y adaptación del edificio como sede de la Facultad de Ciencias de la Empresa de la Universidad Politécnica (UPCT); así como la «destrucción de los diques de Feringán por parte de la Armada» [la Audiencia Provincial descartó en febrero la existencia de delito por parte de varios oficiales], para la remodelación de un muelle interior.
Eso sí, desde Adepa aseguran que proteger como BIC el Arsenal «no impediría en ningún caso el desempeño de las actividades militares o civiles actuales, como no las ha impedido en el de El Ferrol».
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