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R. F.
Martes, 11 de abril 2017, 01:43
Julián Pérez-Templado seguirá instruyendo el 'caso Auditorio'. Con lo cual será el magistrado que tenga la última palabra sobre la suerte judicial del ya expresidente del Gobierno regional, Pedro Antonio Sánchez.
Rubén Jiménez, magistrado del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región que había sido designado para resolver el incidente de recusación que una de las acusaciones particulares presentó contra Pérez-Templado, ni siquiera ha admitido a trámite esa actuación. Para ello sostiene que los argumentos presentados por el abogado Marcos Sánchez Adsuar -promotor de la recusación en nombre de un exconcejal socialista de Puerto Lumbreras- y del letrado Ginés Ruiz Maciá, quien en representación de Podemos respaldó la demanda de que Pérez-Templado se abstuviera de seguir instruyendo el 'caso Auditorio' por supuesta pérdida de imparcialidad, son «artificiosos, infundados y carecen de rigor».
Rubén Jiménez resta importancia a algunas expresiones que su compañero del TSJ había vertido en sus resoluciones y que, según los dos letrados mencionados, podían evidenciar la «enemistad» mostrada por el instructor hacia las acusaciones particulares o, en otro sentido, una cierta predisposición en favor del imputado. Por ejemplo, la de atribuir una falta de ortografía en un escrito a la posible «ignorancia» del letrado Sánchez Adsuar, o agradecer a los abogados de las defensas el alto respeto que le estaban mostrando como instructor.
Para Jiménez, sin embargo, esos argumentos de las dos acusaciones particulares son «artificiosos», pues considera que el magistrado del 'caso Auditorio' solo utilizó esas expresiones «para dar respuesta a los argumentos y manifestaciones de la parte promotora del incidente».
Por lo que se refiere a la fotografía tomada a Pérez-Templado junto al hoy vocal de la dirección regional del PP, Cosme Ruiz, insiste en que también ese argumento «es artificioso e inaceptable». Recuerda que la imagen fue hecha «en la calle, en una terraza de un establecimiento, a la vista de todos los viandantes y en uno de los lugares con mayor afluencia de público de la ciudad de Murcia, circunstancias que son ajenas a cualquier tipo de ocultación de una relación procesalmente no recomendable».
De ahí que concluya que «estar en un lugar público, consumiendo una bebida» con un miembro de la directiva del PP, en ningún caso puede «cuestionar la imagen de imparcialidad».
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