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Ángel Ceballos y Ángel Ríos.
«Tuve que hacerme autónomo para cuidar de mi hijo»

«Tuve que hacerme autónomo para cuidar de mi hijo»

Tres padres separados con la custodia de sus pequeños aseguran que «la crianza ha dejado de ser una cosa de las mujeres» y que apartar a la figura paterna solo perjudica a los niños

Marta Semitiel

Domingo, 19 de marzo 2017, 08:25

Ángel Ríos lleva cuatro años separado de la madre de su hijo, pero en ningún momento ha dejado de hacerle el desayuno a su pequeño, prepararle la mochila, lavarle los dientes, echarle colonia, meterle prisa porque llega tarde al colegio, hacer los deberes con él, darle la merienda, la cena, ducharle y meterle en la cama.

Ángel es uno de los padres de la Región que ha sufrido una discriminación a la que normalmente se enfrentan las mujeres en el trabajo: sus jefes no entendieron que, dos o tres días a la semana, Ángel tuviera que adaptar sus horarios para dejar y recoger a su hijo del colegio. "Al principio me decían que sí, que si necesitaba irme antes o entrar después por el crío, que no había problema. Pero luego me enteré, por mis compañeros, que no les gustaba y que me criticaban a mis espaldas. Y me dejé el trabajo", recuerda.

La única solución para que él pudiera seguir disfrutando de la rutina con su hijo "fue ponerme por mi cuenta. Me hice autónomo para ser mi propio jefe y tener flexibilidad horaria, así me encargo sin problemas de mi hijo", asegura.

Adaptación

"A mucha gente le sorprende que un hombre quiera hacerse cargo de sus hijos después de una separación, pero es que debería ser lo normal, no lo excepcional. Yo tuve claro desde el principio que quería seguir disfrutando de mi hijo", manifiesta. El pequeño, que tiene ahora cinco años y con el que celebra este domingo el Día del Padre, es "un niño súper feliz, porque me lo dice él y porque también me lo dice la orientadora del colegio, sus profesores, la psicóloga".

Ríos asegura que el niño está "completamente adaptado" a su rutina dentro de la custodia compartida: la casa de mamá y el colegio los tiene en Cieza; la casa de papá, en Blanca. "Al final, a ellos les da igual si sus padres están juntos o no. Lo que quieren es estar con los dos, pero estar bien. Los niños se adaptan con una facilidad pasmosa a cualquier situación, a lo que no se adaptan es a los conflictos y a las discusiones. A eso no", sentencia Ríos.

¿Tiene ayuda con el pequeño? "Los abuelos viven en el mismo edificio que yo y a veces se quedan con él, pero no porque yo necesite ayuda, sino porque también mi hijo los demanda. ¡Son su familia! Él quiere estar con los abuelos, con sus tíos, sus primos. Es algo de lo que no hubiera podido disfrutar si no consigo la custodia y me quedo como padre visitante", resalta.

«Todo el mundo es válido, menos el padre»

Con esta frase cargada de indignación resume Roberto Ródenas el proceso judicial de año y medio hasta que consiguió la custodia de sus hijos. "Al principio, en las medidas provisionales, automáticamente le dieron la custodia a la madre. Luego estuvimos un tiempo de custodia compartida. Y al final me la dieron a mí. Pero si ella hubiera dicho que una amiga o una vecina podía cuidar de los niños mientras ella trabajaba, igual habríamos seguido de custodia compartida, porque parece que todo el mundo es válido para cuidarlos, menos el padre", asegura.

Ródenas se hace cargo por completo de sus hijos desde diciembre de 2011. "En aquel momento, el niño tenía diez años y la niña no llegaba a los tres", recuerda. ¿En ningún momento le vino grande la paternidad en solitario? "Qué va, al contrario. No había nada que no hubiera hecho ya. Antes de separarme, era yo el que preparaba a los niños por la mañana, les daba el desayuno, me los llevaba al colegio, los recogía No supuso ningún problema", sentencia.

Su trabajo como funcionario siempre le dio la disponibilidad horaria suficiente para poder ocuparse de sus hijos. "Solo pedí una reducción de jornada al principio, pero nunca he tenido problemas con eso", asegura. ¿Algún momento de la educación que la haya dado miedo enfrentar sin una figura materna? "No. Si tuviera que decirte alguno, tal vez cuando a mi hija le venga la regla Pero tampoco, porque ella tiene a su madre ahí y siempre la va a seguir teniendo. La ven a menudo, yo nunca les he contaminado la relación con ella", asegura Roberto.

En el 82,2% de los casos de divorcio, la custodia la ostenta la madre, y solo en el 4% de los divorcios se le concede en exclusiva al padre. Ródenas forma parte de ese pequeño porcentaje, una "suerte" que obtuvo al año y medio de su separación. Los tres papás protagonistas de esta historia repiten con frecuencia esa palabra, "suerte", porque saben que "es excepcional poder ejercer de padre después de una ruptura sentimental".

«He ganado muchas peleas por las mañanas»

Las dos hijas de Ángel Ceballos, de 13 y 11 años, también disfrutan de su padre en régimen de custodia compartida. Él tardó casi ocho años en conseguirla, tras un proceso judicial que duró dos años y medio, "un litigio largo, tedioso, desesperante", recuerda. Hasta ese momento, Ángel había sido "el padre visitante. Solo el término ya es espeluznante. Veía a mis hijas dos tardes a la semana y las llevaba al colegio. Había días que estaba con ellas tres minutos, desde la puerta de su casa hasta la puerta del cole, pero para mí eran los mejores tres minutos del día", se emociona.

¿Qué ha ganado desde que tiene a sus hijas? Ríe. "Muchas peleas por las mañanas", hace una pausa y continúa: "En realidad, solo he recuperado lo que había perdido, que es mi derecho y obligación de ser padre. Cuando te separas, te extirpan la paternidad y pasas a ser el progenitor. Es absurdo". Ceballos y Ríos forman parte del 13,5% de los casos de divorcio que acaban con custodia compartida, una media que se sitúa en el 24,6% en el resto del país, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. La Región es la segunda comunidad española, después de Extremadura, con menos resultados judiciales a favor de ambos progenitores.

Ceballos, que no tiene ninguna ayuda por parte de familiares en la Región, ya que es de origen, reconoce haberse sentido "discriminado y perjudicado" por el sistema judicial. "La custodia compartida era algo que mis hijas reclamaban, porque otra cosa es lo que va contra natura. Ellas necesitaban pasar tiempo conmigo y así lo manifestaron en cuanto se les dio la oportunidad", recuerda.

¿Qué les diría a los que piensan que la crianza es cosa de madres? "Que se equivocan. Que los que están pensando de ese modo, piensan en sus intereses y no en los de los niños. Apartar la figura paterna de la educación y el cuidado solo perjudica a los hijos", sentencia Ceballos.

«No somos superpapás»

Estos tres papás pasarán este 19 de marzo con sus hijos, porque así suelen estipularlo en las sentencias los juzgados de Familia: el Día de la Madre lo pasan con ellas, el Día del Padre lo pasan con ellos, de forma independiente de quién sea el progenitor al que le toque ese día el cuidado del niño. "Al sistema judicial se le olvida muchas veces que lo mejor para los niños es estar con sus padres, de la forma que sea. Su bienestar es lo más importante", reclama Ródenas.

A pesar de su dedicación, ninguno de los tres se considera un 'superpapá'. Ni siquiera Roberto, que a pesar de tener la custodia completa de sus hijos, dice no haber hecho de mamá y papá al mismo tiempo, "no considero que sea las dos cosas a la vez, porque mis hijos tienen a su madre ahí", apunta. A Ceballos tampoco le gusta que le llamen "superpapá o papá coraje, porque no creo que lo sea. Simplemente quiero ejercer mi derecho y mi obligación de ser padre de la misma manera que lo era antes de separarme, solo eso", concluye.

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