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Jorge García Badía
Jueves, 26 de mayo 2016, 02:13
Los investigadores estaban siendo sumamente cuidadosos colocándole los arneses cuando, de repente, Juan Ruiz aclaró que estaba listo para la prueba. «¡Yo he sido de trabajos duros y esto no me hace daño! ¡Tengo 80 años y muy bien llevados!». Este usuario de la residencia de ancianos San José y San Enrique de Cieza fue uno de los cinco voluntarios que ayer probaron un prototipo de robot exoesquelético, diseñado por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) para personas de 65 años en adelante. «¡No siento nada!», exclamaba a los ingenieros al verse con la estructura de 'Exo-Legs'.
Pero no se trataba de sentir algo, sino de colaborar en los test, desarrollados en la sede de Aspaym. «Es un hito», resumía el catedrático y responsable del grupo de investigación en Neurotecnología, Control y Robótica (Neurocor) de la UPCT, Juan López. «Se trata del primer exoesqueleto focalizado para personas mayores, que les permitirá suplir deficiencias del sistema locomotor para acciones cotidianas como caminar, sentarse, levantarse, subir y bajar escaleras».
Uno de los ingenieros del grupo, José Antonio Parra, comprobaba que el armazón estaba bien ajustado a la cadera, pierna y pies del voluntario. «Se divide por articulaciones», comentaba mientras calibraba los motores y la comunicación wifi.
Cada articulación del prototipo tiene una placa de control para mandar información como la amplitud y velocidad de los pasos. «Disponemos de un software específico; recibimos los datos del movimiento y elaboramos un perfil de cada usuario», resumía María Trinidad Sánchez, portátil en mano. Para Juan los tecnicismos eran lo de menos; él se había ofrecido como 'conejillo de indias' porque «ya no puedo andar como antes y me da rabia cuando los jóvenes me adelantan por la calle».
La cinta y el exoesqueleto echaron a andar con el simple gesto de pulsar 'walking'. El ritmo del paseo robotizado lo marcaba el propio Juan. «La velocidad oscila entre 0,3 y 0,8 kilómetros por hora», precisaba José Antonio. Las edades de los voluntarios iban ayer de los 65 a los 90 años, aunque la investigadora María Trinidad reconocía entre risas que «todos los investigadores ya lo hemos probado antes el prototipo».
También lo han testado usuarios de la Asociación de Parapléjicos y Grandes Discapacitados Físicos (Aspaym), muy interesada en este proyecto 'Exo-Legs', que ha sido financiado a través del programa europeo Ambient Assisted Living Joint Programme (ALL).
«Un investigador británico que trabaja en dos universidades suecas me llamó por teléfono y me propuso presentar una iniciativa», relataba el catedrático. De esa llamada hasta ayer han pasado cuatro duros años de trabajo. «Comenzamos a finales de 2012 y solicitamos una ampliación de seis meses por las dificultades del proyecto. Existen otros exoesqueletos para temas militares, para la fabricación automovilística... El problema era adecuar estas estructuras a la fisiología de personas mayores».
En la 'tienda' en año y medio
Esta iniciativa ha movilizado universidades y empresas de Suecia, Reino Unido, Suiza, Alemania y España, con una financiación de 2 millones de euros, de los que 390.000 euros han sido para la Politécnica de Cartagena. El 'ADN' del prototipo robótico es murciano, ya que la estructura mecánica ha sido fabricada por Talleres Martínez Lorente, en el Polígono Industrial Oeste.
El sistema de control tiene sensores de presión y de análisis de la estabilidad, explicaba el catedrático. «Detecta la intención de moverse del usuario y puede configurar la función locomotora a realizar desde una tablet». En año y medio podría empezar a comercializarse esta estructura robótica.
El prototipo también es válido para personas que padecen algún tipo de atrofia muscular o discapacidad. De hecho, usuarios de Aspaym también han probado el 'Exo-Legs'. El proyecto fue redactado por Teodoro García, cabeza de lista al Congreso por el PP, quien detalló ayer que el programa europeo que lo ha financiado tiene como objetivo «introducir las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) para mejorar la situación de las personas que envejecen y han perdido la movilidad».
García, uno de los investigadores del grupo de la UPCT, calificó de «espectacular» el resultado obtenido. Pero no era suficiente para compañeros como José Antonio, quien mientras controlaba el paseo de Juan, con la estructura sujeta por un arnés, ya avanzaba que «el diseño se mejorará en un futuro».
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