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Miércoles, 24 de febrero 2016, 01:52
Gregorio Javier García Miras, uno de los seis policías sospechosos del crimen de Cala Cortina, enfermó gravemente el pasado octubre en la prisión madrileña de Estremera, en la que llevaba un año recluido por orden del Juzgado de Instrucción número 4 de Cartagena, y murió en el hospital Gregorio Marañón. Fue en apariencia una pancreatitis la que acabó con su vida, aunque su familia ha interpuesto una denuncia contra el centro penitenciario y el hospital por considerar que existió una deficiente atención médica.
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