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Los documentos históricos localizados por la Guardia Civil en la 'Operación Files'.
Un 'tesoro' y tres posibles dueños

Un 'tesoro' y tres posibles dueños

El juez tendrá que decidir sobre el destino de 28 documentos históricos recuperados en un mercadillo. Las clarisas de Murcia reclaman que deben volver a su convento, y Cultura avisa de que la conservación es costosa

M. RUBIO

Martes, 9 de diciembre 2014, 11:32

«Es de justicia que esos pergaminos vuelvan al convento». Con estas palabras, la superiora de las clarisas de Murcia, la madre María Luisa, anuncia que la comunidad religiosa reclamará los documentos históricos, recuperados en una operación de la Guardia Civil, que iban a ser vendidos por el encargado de un puesto ambulante de antigüedades.

De momento, ni la Consejería de Cultura ni los responsables de la investigación se han puesto en contacto con las monjas. «Conocimos la noticia a través del sacristán, que la leyó en el periódico, pero nadie nos ha notificado el hallazgo de este material tan importante para nosotras», declara la superiora a 'La Verdad'. La madre Luisa María ve «lógico» que ese patrimonio documental (entre el que se encuentra el privilegio de Sancho IV del año 1248 concediendo a las clarisas el monasterio de Murcia) se custodie en el convento del paseo de Alfonso X, y sugiere, eso sí, que una copia digital vaya a parar al Archivo General de la Región.

Diez días después de anunciarse los resultados de la 'Operación Files', a cargo de especialistas en patrimonio histórico de la Benemérita, el destino de los 28 documentos recuperados sigue en manos del juez encargado de la investigación. Según las fuentes consultadas, será la autoridad judicial la que decida dónde van a parar finalmente estos papeles de gran valor histórico: si a la persona que los ofrecía en su puesto de antigüedades (en caso de que demuestre que los posee legalmente), a la Comunidad Autónoma (por su valor para el patrimonio regional) o a sus dueñas originales. La investigación, desarrollada con la colaboración de expertos de la Consejería de Cultura, ha permitido determinar que ese material pertenece al monasterio de Santa Clara (24 pergaminos, una carta y el citado privilegio real), al Archivo de la Catedral y al Archivo de la Diócesis de Cartagena. El estudio detallado de los documentos también ha permitido constatar que su estado de conservación es «deficiente», ya que están «deshidratados, con dobleces, roturas y restos de humedades».

La decisión del juez aún puede tardar unos días, ya que está a la espera de recibir varios informes por parte de la Guardia Civil y del servicio regional de Patrimonio Histórico. Uno de estos 'dossieres' es una valoración económica sobre cuánto costaría restaurar los documentos, una tarea «complicada y cara», según admiten los técnicos.

El juez lo tendrá sobre su mesa a lo largo de esta semana. Independientemente de lo que dicte el magistrado, la Consejería de Cultura tiene claro que lo prioritario ahora es asegurar la conservación de este tesoro documental. Por eso, una vez aclarado el destino, exigirá a sus dueños que los restauren, garanticen su buen estado y permitan su estudio o consulta. De momento, los pergaminos están bajo llave en una caja fuerte especial del Archivo General.

Para las clarisas, ésta puede ser una buena ocasión para «actualizar nuestro archivo». La superiora del monasterio de Murcia comenta que la sala donde se guardan los documentos de la comunidad religiosa «lleva cerrada desde que se restauró el convento y se abrió el museo y el centro cultural». Pero para esta tarea, las monjas necesitarían ayuda económica y apoyo técnico.

Sobre cómo estos documentos tan relevantes pudieron acabar ofreciéndose en un mercadillo callejero de Murcia todavía queda alguna incógnita. Al parecer, el encargado del puesto ambulante que se los ofreció a un coleccionista dijo que se los había dado otra persona y que ésta a su vez los recibió de una tercera que ya había fallecido. Sobre ese 'vendedor' de antigüedades no pesa de momento delito alguno contra el patrimonio histórico, y por lo tanto ni siquiera fue detenido.

Cómo salieron del convento tampoco está claro. La hipótesis más probable es que el expolio se produjo durante la Guerra Civil. Lo que sí es seguro es que ya en 1975 no existían. Ese año el profesor Pascual Galindo hizo un intento de reconstrucción virtual del archivo monástico a partir, esencialmente, de un 'tumbo' o 'libro becerro' del siglo XVIII, en el que se hacía referencia a sus principales documentos históricos, varios de ellos aparecidos e identificados ahora dentro de los requisados por los especialistas de la Guardia Civil.

Un privilegio real robado

Este hallazgo ha puesto la lupa sobre otra joya del patrimonio documental al que también se le perdió la pista. Según recuerda Rafael Fresneda, director del Archivo General, se trata de la carta fundacional de Mazarrón: doce pergaminos, decorados con miniaturas y con la caligrafía propia de la Chancillería Real, donde se otorga la independencia de Lorca.

El documento, del año 1572, lleva la rúbrica de Felipe II. El título de villa fue robado de la caja de caudales del Consistorio hace ahora 25 años. Ni la investigación policial ni las llamadas desde distintas instituciones apelando a la sensibilidad del ladrón para que lo devolviera, surtieron efecto. Desde entonces, sobre su paradero han circulado varias hipótesis: desde que fuera un robo por encargo de un coleccionista hasta que el ladrón (asustado por el revuelo levantado) hubiera optado por destruir los pergaminos con cuya venta ilegal pensaba embolsarse un dinero extra. «Este documento tiene más valor cuando es de todos», reflexiona Fresneda acerca de cuál es la verdadera importancia del patrimonio documental .

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