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Miércoles, 15 de octubre 2014, 18:25
La plantilla del Cuerpo Nacional de Policía en Cartagena ha vivido la semana más dura que se recuerda en esa comisaría. La detención de seis compañeros por su presunta implicación en la muerte y posterior intento de hacer desaparecer el cadáver de un vecino de Las Seiscientas, Diego Pérez, constituyó un tremendo mazazo para el resto de los agentes. En los primeros momentos, muchos policías cartageneros se debatían entre la incredulidad y la indignación, pues estaban convencidos de que los arrestados no podían haber cometido los hechos que se les atribuían. Con todo, lo peor estaba por llegar, ya que a las revelaciones del contenido de las diligencias, que desvelan numerosas irregularidades y supuestos excesos policiales, se ha sumado la reacción de una parte de la ciudadanía que ha reaccionado de forma airada. Hasta el extremo de que se han llegado a registrar insultos a agentes.
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