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Ricardo Fernández
Miércoles, 15 de octubre 2014, 18:25
«Acho, hubo unas señoras torturas». Se lo confesaba, el pasado 1 de agosto, el policía José Carlos M.L a su compañero de patrulla, Gregorio Javier G.M., mientras recorrían la ciudad de Cartagena en el turno de tarde. La conversación, en la que se relatan dos supuestos casos de malos tratos que se habrían cometido en fechas recientes, y en los que estarían implicados funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, fue interceptada por uno de los micrófonos con los que Asuntos Internos investigaba la muerte del vecino de Las Seiscientas Diego Pérez.
-Gregorio Javier G.M.: «Por qué vais? ¿Cómo es que vais ahí doce a un juicio? Es que pasó...».
-José Carlos M.L.: «Porque se ve que los quieren emplumar bien...».
-Gregorio Javier G.M.: «Han citado a todo el mundo..., a los Lince...».
-José Carlos M.L.: «Todos los que intervinimos. Acho, hubo unas señoras torturas. Subió en la cama, ahí sí que hubiéramos disfrutado, pero todos, todos esos, todos los que estábamos allí, alguno más... Acho, pero unas señoras torturas. Cogió el sanguinario, el Rubén, cogió el biombo ese que hay ahí en lo del DNI y lo puso... lo atravesó ahí en medio, pa que ni..., para que no vieran desde las casas lo que estaban haciendo. Entre el Dani, el jefe de turno, el que se ha ido, no veas... Hubo sangre. Estuvo muy bien, yo lo pasé muy bien... ¡Anda que estamos arreglados, macho! Ahora el turno cuarto, seis imputados. Los seis. Cuatro torturas, y dos omisión de... eso, ¿cómo se dice eso?».
-Gregorio Javier G.M.: «Del deber de socorro».
-José Carlos M.L.: «No. Omisión del deber de perseguir delitos».
-Gregorio Javier G.M.: «Y lo otro también puede ser. Te está pidiendo socorro y auxilio. ¡No me peguen más, señores policías! ¡No me peguéis más! ¡Ayudarme, ayudarme! Y los otros ahí, ¡dale, dale, dale!».
Los agentes de la Policía Judicial que estaban investigando el supuesto homicidio de Diego Pérez, cuyo cuerpo apareció en Cala Cortina con múltiples golpes y fractura de seis vértebras del cuello, no pasaron por alto esta conversación entre dos de los agentes supuestamente implicados en la muerte e intento de hacer desaparecer el cuerpo del vecino de Las Seiscientas.
Analizaron las palabras de los dos agentes, en las que aportaban algunos datos de interés como que «el juicio es a las doce y media», y llegaron a la conclusión que de «ambos interlocutores se refieren a dos hechos, supuestamente delictivos, ocurridos en diferentes fechas, en los que intervienen varios funcionarios de esta comisaría, entre ellos el investigado José Carlos M.L. en una de las actuaciones».
Presuntos delitos de lesiones
Uno de esos supuestos casos de malos tratos a detenidos está recogido, según los investigadores, en el atestado 8768, redactado el 4 de julio, que motivó que el Juzgado de lo Penal número 1 de Cartagena citara a declarar a varios policías, entre ellos el mencionado José Carlos M.L..
El segundo hecho se resume en el atestado 8027, levantado el 18 de junio y que fue remitido al juzgado de guardia. Esa actuación dio origen a la apertura de diligencias previas en el Juzgado de Instrucción número 3 de Cartagena, «que citaba en calidad de imputados por lesiones a otros agentes adscritos a esta comisaría».
La instalación de los micrófonos en tres coches patrulla, los 'Zeta 54', 'Zeta 56' y 'Zeta 57', que supuestamente fueron las dotaciones implicadas en la muerte de Diego Pérez, se hizo con orden judicial y respetando escrupulosamente los derechos de los otros agentes que también utilizaban esos vehículos. Así, según consta en las diligencias, el juez solo autorizó la interceptación de conversaciones en el momento en que esos 'zetas' estuvieran ocupados por los seis agentes sospechosos, y no cuando viajaba en ellos cualquier otro policía.
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