Izpisúa apuesta por el uso de células programadas frente a las embrionarias
El investigador hellinero, una de las figuras mundiales más destacadas en el ámbito de la medicina regenerativa, fue investido ayer 'honoris causa' por la Ucam
Fuensanta Carreres
Sábado, 14 de junio 2014, 00:37
Con la claridad y llaneza que solo una figura mundial de la investigación es capaz de utilizar para explicar sus avances científicos a los profanos, el bioquímico hellinero Juan Carlos Izpisúa, puntero y pionero en el campo la medicina regenerativa, expuso ayer sus últimos progresos en la lección magistral que pronunció en su investidura como doctor 'honoris causa' de la Universidad Católica (Ucam). En el mismo acto ingresó también en el cuerpo de doctores honorarios de la universidad privada el profesor emérito y exdirector del Departamento de Ortopedia y Traumatología de la Universidad belga de Gent René Verdonk.
El exdirector del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona, uno de los impulsores mundiales de la investigación con células madre, repasó las promesas que su campo de estudio ofrecerá a la sociedad en los próximos años, tan ambiciosas como «estimular la regeneración de los tejidos, ralentizar el envejecimiento, reparar las lesiones y los traumatismos o incluso generar órganos en el laboratorio». El científico apostó por el uso de células programadas, que permiten la regeneración celular «sin usar embriones o células madre y sin ningún problema ético y moral».
Didáctico, Izpisúa comenzó explicando los fines de la medicina regenerativa, que pasan por obtener tejidos y órganos para reparar los dañados. En 2013, Izpisúa y su equipo marcaron un hito al presentar a la comunidad científica los primeros minirriñones humanos creados a partir de células reprogramadas. Ese avance, considerado por la revista 'Science' como uno de los diez descubrimientos más trascendentes del año pasado, abre la puerta a investigar las causas biológicas de las enfermedades renales y a obtener en el futuro 'órganos a la carta'. «Estamos en un momento muy excitante -destacó ayer en científico en el campus de Los Jerónimos-; realmente el reto es cómo ser capaces de usar esas células para el trasplante a personas que lo necesitan». Izpisúa ha seguido desde entonces investigando en el campo de la medicina regenerativa, en concreto, en el potencial de las células programadas, también conocidas como iPS: células adultas que son reprogramadas con cuatro factores para su 'conversión' en tejido, hueso, sangre... según las necesidades del paciente. «Podemos convertir esas células en pequeños riñones (lo que ya hizo en 2013), ojos... lo que no sabemos aún es si esas células son funcionales».
Izpisúa detalló sus últimas investigaciones sobre la técnica de complimentación, que consiste en regenerar órganos sustrayéndoles los genes responsables de la formación de un órgano concreto en animales una semana después de la fecundación, y reemplazarlos por células de otro organismo. El futuro pasaría por 'cultivar' órganos humanos en modelos animales, lo que permitiría, superados múltiples obstáculos aún alzados, paliar enfermedades neurogenerativas, hepáticas o realizar trasplantes.
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