La cartagenera Lola Sánchez entra en el Europarlamento de la mano de Podemos

La cartagenera Lola Sánchez logra un escaño en el Parlamento Europeo tras la jornada electoral de este domingo de la mano de la iniciativa ciudadana Podemos. Politóloga en paro de 36 años, Sánchez ocupaba el cuarto puesto de la candidatura de esta formación política, que ha logrado finalmente cinco escaños en las elecciones europeas del 25M, lo que la convierte en la gran sorpresa de los comicios.

La cartagenera conforma así, junto a Ramón Luis Valcárcel, la representación de la Región en la cámara comunitaria. «Este resultado es una muestra del desencanto de la gente y de la necesidad de cambio», señaló este domingo la nueva europarlamentaria.

De este modo, Sánchez, que se encontraba en un bar de Cartagena junto a miembros de la formación política celebrando su elección, señaló que están celebrando lo obtenido pero también «asumiendo» el logro que ha supuesto la irrupción de Podemos. «Estas elecciones servirán para que la formación se de a conocer, porque nos gustaría llegar a todo el mundo para poder preguntar a los ciudadanos que es lo que realmente quieren», subrayó.

Antes de las elecciones, Sánchez aseguraba concurrir al proceso con la ilusión de poder contribuir a «recuperar este país para la mayoría de la gente». Llegaba a Podemos hastiada de no haber podido ejercer nunca la profesión para la que se preparó en la Universidad (trabajó de camarera, comercial y vendedora) y tras haber vivido en otros tres países.

Sánchez también ha sido conocida durante la campaña como 'la chica del gin tónic', ya que contaba en la web de la formación liderada por Pablo Iglesias que una concejal de Cartagena a la que servía un gin tónic para coronar un almuerzo en el restaurante donde ella trabaja, le preguntó, sorprendida, por qué una licenciada que además habla idiomas se conformaba con un empleo de camarera: «Me dieron ganas de tirarle el gin tónic encima, por su poca vergüenza. Es la metáfora de nuestro país; jóvenes titulados preparados, sirviendo gin tónics a políticos, que no son precisamente ejemplo de nada bueno».