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ANDRÉS EGEA
Domingo, 26 de febrero 2012, 18:15
Gran partido el que se pudo presenciar en el Palacio de los Deportes entre un equipo muy necesitado como el murciano y otro que llegaba crecido y con hechuras de campeón como el Gescrap. El UCAM jugó al máximo durante la mayor parte del encuentro y solo un apagón en el último cuarto, el cual le dio la ocasión a su rival de ponerse por delante, hizo peligrar la victoria. Los locales dominaron todas las fases del partido y sobre todo destacaron en la defensa, ya que está al alcance de muy pocos dejar a los vascos en 69 puntos. Pero en la recta final y a pesar de ir 63-65 abajo, el UCAM se hizo con el triunfo merced a la frialdad en los momentos clave, a diferencia de lo que había sucedido hasta la fecha. Además, su triunfo le saca del descenso de categoría.
De impresionante se podría catalogar el primer cuarto disputado por un UCAM Murcia que parecía estar jugando por el título de Liga más que por abandonar los puestos de descenso ante todo un Gescrap Bizkaia, sin duda el equipo que mejor momento atraviesa de la categoría. Los pupilos de Quintana saltaron a la pista con mentalizados en que para imponerse a su rival no solo había que defender fuerte, sino atacar con garantías y controlar el rebote. Así lo hicieron los jugadores locales en los primeros diez minutos y por tal razón se fueron hasta por ocho puntos de diferencia. Augustine no solo era el dueño en ataque con 10 puntos, sino que además, había capturado tres rebotes en ataque que terminaron en canasta. Jasen podía con Mumbrú y además anotaba 6 puntos. Katsikaris, técnico visitante, no tenía recursos para frenar la avalancha murciana y ni pidiendo un tiempo lo pudo arreglar (25-19).
El UCAM aguantó el ritmo y aún se vino más arriba en defensa. El Gescrap no sabía como atacar y cuando encontraba una posición liberada para el lanzamiento, lo erraba. El conjunto murciano, sin Augustine en la pista, también se mostraba muy superior al conjunto vasco, que llegó a ir perdiendo hasta por trece puntos (36-23) a seis minutos para el descanso. Solo Banic podía, y en contadas ocasiones, con la defensa local, mientras que los locales y a base de triples intentaban marcar más diferencias. Dos balones perdidos en ataque y dos triples visitantes dejaron la ventaja en solo cuatro puntos al descanso (41-37). Los catorce puntos encajados en los últimos cuatro minutos podían hacer mucho anímicamente, ya que el esfuerzo en defensa de los hombres de Quintana era máximo. La sensación en el Palacio de los Deportes era que el UCAM se había mostrado muy superior a su oponente y que se estaba divirtiendo sobre la pista, pero que solo mandaba por cuatro puntos cuando había tenido varias ocasiones para irse por encima de los quince. Lo que sucedería tras el descanso era una incógnita.
Los nervios, la responsabilidad y el agarrotamiento se hicieron patentes tras el descanso en los hombres del UCAM. Afortunadamente para ellos, ante la falta de acierto en ataque, la defensa les mantenía en el partido. El Gescrap logró empatar y hasta se puso dos puntos arriba tras una técnica señalada por Conde, colegiado principal, a Óscar Quintana. Los árbitros pusieron en pie de guerra a los aficionados locales y éstos se volvieron a meter en el partido para tratar de ayudar a los suyos, a los que el esfuerzo físico comenzaba a pasarles factura. El visitante Aaron Jackson (14 puntos), el base, era quien marcaba el ritmo de su equipo y al que los murcianos no podían frenar, pero el partido estaba en un puño. Todo por decidir y con Banic fuera del encuentro por su reiteración en la pérdida de balones. El UCAM pasó un mal rato y las noticias que llegaban desde las pistas en las que jugaban sus rivales más directos en la lucha por la permanencia, no era precisamente las mejores. No obstante y a base de correr y defender, llegaba con opciones de triunfo al último cuarto y con una pequeña ventaja.
Y cuando mejor parecía estar el equipo, jugando de lujo, sin hacer caso a las decisiones arbitrales (todas a favor del Gescrap) llegó el típico apagón que obligó a Quintana a pedir un tiempo muerto con casi seis minutos por delante. Su equipo, que estaba muy cómodo en la pista ganaba por 63-53, pero en dos minutos encajó un parcial de 0-12 que puso por delante a los visitantes y que enmudeció el Palacio de los Deportes. Quintana puso en la pista a Udoka, Barlow y Augustine lo que cortó la sangría en defensa y le dio más alternativas en ataque. Un aclarado para Barlow y un triple de Udoka y a falta de algo más de dos minutos el UCAM mandaba otra vez en el marcador (68-65). Suficiente, ya que Quintana tuvo sus dos tiempos muertos para los últimos instantes y los supo aprovechar para dirigir a su equipo, ordenar las ideas y conseguir un merecido triunfo (73-69).
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