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PEDRO SOLER
Martes, 2 de febrero 2010, 02:11
Muchas de las esculturas de Pepe Yagües -a las que somete a un detenido estudio previo- lucen en varios municipios de la Región. Otras obras se encuentran expuestas, de modo permanente, en la Fundación Palau i Fabre, polifacético poeta y escritor en catalán, quien afirmó que «sólo la contundencia de su afirmación, la reivindicación total y avasalladora de su estirpe ha salvado a Yagües del plagio o de la imitación servil». Ahora, parte de esa obra se presenta en una antológica de los fondos de la fundación que lleva el nombre del desaparecido escritor catalán. Es que, recuerda el artista murciano, «Palau vio mi obra y, a raíz de aquello, empezó a coleccionar mis obras, y quizá en la colección tendrá unas quince piezas». Pero además, en la Galería Gómez Turu, de Barcelona, Yagües también presenta su 'Lañador de sueños', una exposición con treinta y nueve piezas, que representan parte de su trayectoria artística.
-Presente en dos exposiciones en Barcelona; no debe ser muy usual para muchos artistas. ¿Dispone usted de algún tipo de prioridad?
-Creo que no. Es la séptima vez que expongo en Barcelona, ni más ni menos que tantas como en Murcia. Lo que sucede es que cuando he expuesto allí, aquí nadie se ha enterado.
-Exponer minotauros en Barcelona, cuando en Cataluña ahora hay una fuerte discusión política sobre la tauromaquia, ¿no es exponerse demasiado?
-Hay que entender que el minotauro no es la tauromaquia. Es un poco la vida mitológica, aunque haya quien lo entienda como una cuestión taurina.
-¿Por qué los títulos de sus obras suelen ser más capciosos que definidores?
-Las palabras me motivan para hacer cosas. Se me ocurre un título y una imagen simultáneamente. Este título me anima a hacer la pieza. Los títulos sirven también para dar pistas al espectador. Es algo que vengo haciendo durante los casi veinte años que llevo dedicado a trabajar el arte. He expuesto desde que tenía dieciocho, sin parar, año tras año. Más de cincuenta exposiciones individuales he presentado ya, en España o en otros países, casi siempre con ese tipo de definiciones.
-¿También utiliza los mismos modos de hacer ahora que hace veinte años?
-Por supuesto que no, porque uno de los requisitos de mi trabajo es no aburrirme. Si estuviese haciendo siempre lo mismo, me aburriría; y si me aburro, sería mejor dedicarse a otra cosa.
-O sea, que le da igual hacer hoy una cosa y mañana otra totalmente distinta. ¿Ha pensado en lo que dirán los demás?
-Puede suceder que los demás no vean la lógica con la que yo trabajo. El problema radica, quizá, en que expongo en un sitio, y no vuelvo a hacerlo hasta cinco años después. Pueden contemplarse cosas que han ido surgiendo en ese intermedio de años, y, otras veces, no. Ahora expongo en Barcelona, al cabo de cinco o seis años. Y, claro, quien vio la exposición anterior, puede que esté un poco perdido ante las obras que ahora contempla.
-Quizá, para evitar eso, lo mejor sería siempre mostrar exposiciones antológicas.
-O antilógicas, como la última. Si uno es honrado tiene que hacer su obra pensando en sí mismo, no en los demás. Si estás trabajando pensando en el otro También sucede que, cuando te surge un encargo tienes que hacerlo, con ciertos condicionamientos y requisitos, que te imponen las circunstancias. Ahora hay un portugués que está empeñado en que le haga una versión del 'Jardín de las delicias', para instalarla en un hotel que tiene en Portugal. Intentaré, dentro de lo posible, hacer lo que a mí me dé la gana con ese encargo.
-Eso de los encargos no siempre está bien considerado, porque parece que es servilismo artístico.
-Bueno, sí; parece que es coartar la libertad de uno, pero yo lo entiendo como un reto. A veces, conocer cómo se han realizado los encargos, a lo largo de la historia del arte, me parece prodigioso. El Greco, con los condicionamientos de composición, con las limitaciones que tenía, hizo unas obras alucinantes.
-O sea, que eso de la inspiración es puro cuento.
-O influencias románticas del siglo diecinueve. Creo en la concentración y en el trabajo. Más que de inspiración, prefiero disponer de cierta facilidad para trabajar la madera, el acero, combinar distintos materiales Yo creo que con el trabajo se va uno aprovechando de la técnica. Y cuantas más técnica coges, más fácil te resulta dominar tus ideas.
-¿Sus obras surgen de lo que piensa o de lo que trabaja?
-De lo uno y lo otro. Es que las ideas son palabras. Si yo, por ejemplo, digo la palabra 'mesa', surgen al mismo tiempo la visión del concepto y el objeto, porque las palabras y las imágenes están más relacionadas. Hace poco he leído un diccionario etimológico, entero, desde el principio hasta el final, que nos muestra cómo usamos las palabras, pero sin saber, realmente, qué estamos diciendo.
-¿Qué piensa de esos artistas que realizan una obra, que no es más que acumulación de trastos recogidos en vertederos o en descampados?
-Pienso que esto, o aquello del montón de escombros, es una tomadura de pelo. Lo que sucede es que aparece rebozado de conceptualismo, aunque yo creo que el arte conceptual debe quedarse en el concepto, sin necesidad de plasmarse físicamente. Uno lo ve, a través de estas cosas, y le resulta absurdo, cojo, porque tiene que intentar contar a través de algo el concepto de lo que se quiere decir para poder entenderlo. Es algo incompleto. Por eso creo que el arte conceptual es para transmitirlo de forma verbal o por internet. Lo que sucede es que se empeñan en una cosa Los conceptuales son presuntos filósofos, que quieren meterse en el mundillo de las artes plásticas, porque les ha gustado la repercusión mediática que puedan tener. Yo creo que hay como una especie de intromisión innecesaria. Que lo hagan de gratis no me importa, pero me fastidia que los demás tengamos que pagarlo a precio de oro. El conceptualismo está ya obsoleto. Y respecto a lo del canibalismo con el que se define el Proyecto de Arte Contemporáneo en marcha, debe ser algo muy bien puesto , porque su finalidad es devorar el presupuesto de cultura de todos los murcianos.
-¿Va a seguir haciendo obras del tipo por el que es reconocido o piensa en algún cambio?
-El futuro es impredecible, por mucho que se empeñen los políticos en decir que vamos a salir de la crisis, este año o el otro. Yo tengo varios objetivos, y ahora, el principal es pasármelo bien con lo que hago. Cuando veo una técnica ejecutada demasiado, voy investigando otra, para ir cambiando.
-Es su obra abunda un aspecto sexual, erótico
-Diría que erótico-festivo. En la época romana no había problemas para tratar estas cuestiones, pero en la judeocristiana se imponían fuertes represiones, que han permanecido hasta hace poco tiempo. Yo creo que, tomándolo con naturalidad, en mi obra no hay pornografía. Es erotismo desde una faceta positiva y, otras veces, con humor. Es algo que a la gente le gusta, y por eso compra mi obra, ya que yo vivo de lo que vendo. Me gustaría quedarme con todo lo que hago. Si lo vendo, pues mala suerte, pero hay que vivir.
-¿Alguien ha considerado de modo negativo lo que hace?
-Creo que no. Quizá puede suceder que aquellos a quienes no gusta mi obra se callan. Es que, a veces, la gente es tan educada Conozco a un coleccionista alemán que vio mi obra, en una exposición que hice en Alemania, y me dijo que el hecho de contemplarla le había ayudado a salir de una depresión. Es una de las cosas más bonitas que me han dicho en mi vida. A lo mejor es que lo que hago puede considerarse también como arte-terapia.
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