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Menuda pieza
TIRANDO A DAR

Menuda pieza

ANA MARÍA TOMÁS

Sábado, 28 de noviembre 2009, 03:10

Mi muy querida y sabia abuela solía decir que siempre había un roto para un descosido, o un tiesto para una maceta. Yo, por entonces, no entendía la sabiduría de sus palabras. Con el tiempo entendí su significado, pero sólo de las palabras, es decir, aún hoy sigo sin comprender qué puede llevar al descosido o a la maceta a dejarse encontrar por un roto o un tiesto y, por supuesto, a aceptarlos complacidísimos en sus vidas y en sus corazones.

Digo esto alucinada desde que hace un par de días saltó a la prensa la noticia de que una mujer llamada Donatella Papi (agárrense los machos porque no es ninguna mindundi con afán de notoriedad), periodista, directora del periódico online www.comincialitalia.net, ex portavoz de ministro de comunicaciones, enviada especial a puntos conflictivos y autora de varios libros. joven, además, y bien parecida, resulta que se ha enamorado hasta las trancas de Angelo Izzo, un tío que carga con dos condenas perpetuas por matar y violar a tres mujeres, entre ellas a una niña de catorce años, entre 1975 y el 2005. Después de decir semejante monstruosidad, añadir que no sólo es un monstruo por dentro, sino por fuera, ya sería lo de menos, pero, claro, creo que es necesario dejar patente que no ha sido su atractivo físico, precisamente, lo que ha podido encandilar a esta señora. Evidentemente, queda fuera de toda lógica pensar que ha podido ser la belleza interior, porque, a este cabrón, ni aun pelándolo, así que. qué quieren que les diga, salvo que siento la misma incomprensión que en mi niñez, eso sí, aderezada con una buena dosis de estupor mezclada con mucha repugnancia.

Cuando hace algunos años, un joven se cargó de un catanazo a su madre, a su padre y a una hermana deficiente, lo primero que pensé es que estaba loco. Muy mal pensado por mi parte. Y digo mal pensado porque no es justo para las víctimas disculpar la maldad de sus asesinos con la locura, pero, vaya. lo pensé. Sin embargo, cuando me enteré de que todos los días recibía montones de cartas de 'admiradoras' (sí, sí, han leído bien) me replanteé la famosa frase de «ni están todos los que son, ni son todos los que están», sobre todo la primera parte. Pensé, también, que podría tratarse de niñatas vacías, sin valores, hambrientas de su minuto de gloria que, a todas luces, obtendrían en cuanto la sociedad se enterara de por dónde iban sus admiraciones. Pero, francamente, cuando ahora descubro a una mujer culta, inteligente, bien preparada, madre de un hijo adolescente, que pierde los vientos por un ser tan repulsivo como el asesino Angelo Izzo hasta el punto de pensar en casarse con él porque, según ella, tienen muchas cosas en común., me acuerdo, más que nunca, de la irrebatible gramática parda de mi abuela.

No voy a ser yo quien venga a poner puertas al campo de la atracción, o a intentar explicar los recovecos del amor, ni a dilucidar cómo es posible que el propio instinto de supervivencia no les salte pitando por todos los poros del cuerpo a estas pipiolas cuando se acercan al sanguinario objeto de sus deseos, pero eso no me incapacita para mostrar mi absoluto asombro ante semejante. ¿encuentro de atractivos?

Italia entera está boquiabierta y conmocionada ante los preparativos de esta boda, por supuesto entre rejas. No me extraña. Menuda pieza. Aunque. aquí, entre nosotros, al decir lo de "menuda pieza" ¿a quién nos estamos refiriendo, al roto o al descosido? Ana María Tomás es periodista.

Blogs: http://laverdad.es/anamariatomas

anamto@yahoo.es

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