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FRANCISCO J. MOYA
Viernes, 6 de noviembre 2009, 11:10
Un murciano que triunfa en Cartagena, un cartagenero que quiere convertirse en un ídolo de la afición de Murcia, un catalán que resucita en el Cartagonova tras dos años tenebrosos en Nueva Condomina y un valenciano que se hizo un nombre en Cartagena y no despega a la orilla del río Segura.
Son los cuatro protagonistas de cuatro historias de ida y vuelta que demuestran por qué un Murcia-Cartagena siempre fue, es y será un partido especial. Sergio Fernández, Pablo Ruiz y Clavero también han jugado en ambos equipos, aunque ya han pasado suficientes años como para que sus historias cicatricen.
Aún está abierta la herida de Jesús Rodríguez, Tato, (Las Torres de Cotillas, 1983), quien se pasó media vida soñando con vestir la camiseta del Real Murcia en Primera. Tras unos años en La Masía, Tato volvió a Murcia y Toshack le dio la oportunidad al final, con el equipo muerto. No lo hizo mal, pero el Murcia bajó a Segunda y Tato, el valor más seguro de la cantera grana, fue arrinconado como un mueble viejo.
Tras el destierro de Ceuta, el Efesé lo recuperó el año pasado. Ascendió y ahora es un ídolo en Cartagena, sobre todo desde que cantó desde el balcón del Palacio Consitorial, a dúo con Héctor Yuste, uno de los himnos antimurcianistas de la afición albinegra. Fue durante los festejos por el ascenso a Segunda, con 5.000 cartageneros coreando su nombre.
«La sensación mala que me llevé de Murcia no es por el hecho de desprenderse de mí. Yo entiendo que haya técnicos a los que no le guste. Es lo más normal del mundo. Pero sí son las formas. Yo me he portado estupendamente bien en todos los equipos que he estado y lo he dado todo», cuenta Tato.
«Pero las formas en los que yo salí de allí [del Murcia] no fueron las más adecuadas. No las aconsejaría para ningún club. No sólo me hicieron daño a mí. También a mi familia. Y esa es la espina que tengo clavada con ellos. Y pasó con otros muchos canteranos», recuerda Tato, un futbolista atípico. Estudia Administración y Dirección de Empresas, es un devorador de novelas y un gran cinéfilo.
Isaac Jové y la ilusión
Isaac Jové nació en Barcelona en 1980, pero desde muy niño vive en Cartagena, de donde es toda su familia. Salió del San Ginés y destacó en los juveniles del Cartagena. Sin embargo, sólo jugó amistosos con el primer equipo y, tras triunfar en Lorca y Salamanca, este verano eligió jugar en el Murcia antes que en el Cartagena. «Me hace mucha ilusión poder jugar en el equipo de mi tierra. El Murcia es el primer equipo de la Región», dijo Isaac en su presentación como jugador grana. Como sucedió en el caso de Tato -con sus cánticos en el viejo ayuntamiento-, Isaac se ganó la antipatía de sus paisanos. «Mi familia es de Cartagena, pero yo nací en Barcelona», ha repetido Isaac en los últimos días.
«Me da igual el rival que venga. En la situación que estamos, hay que ganar, venga el líder o el colista», ha dicho esta semana el extremo grana, un jugador con velocidad y desborde suficiente para amargar el día a cualquier lateral zurdo de la división de plata.
«Antiguamente, cuando en los dos equipos había un montón de jugadores de Murcia y Cartagena, los derbis se vivían de otra manera. Ahora, somos muy pocos de la Región. Y es diferente todo», opina el extremo murcianista.
Otra dinámica
Quique De Lucas (Barcelona, 1978) es uno de esos futbolistas que no nació en la Región, pero que ya conoce las diferencias entre sus dos principales ciudades. Tras dos años muy flojos en Murcia, ha resucitado en Cartagena, de la mano de un Juan Ignacio que lo mima como a un hijo y que ha entendido que De Lucas, ex jugador del Chelsea, es un tipo especial.
«Mis dos años en el Murcia fueron malos y mi rendimiento no fue normal. En Cartagena, la dinámica del equipo es diferente y todo está saliendo bien. Estamos haciendo un fútbol moderno y atrevido. No le deseo nada malo al Murcia, porque conozco allí a mucha gente y se portaron conmigo de una manera sensacional», contó De Lucas el lunes a Cartagena.
La cuarta historia de ida y vuelta la protagoniza Natalio Lorenzo (Canals, Valencia, 1984). Habla con el corazón. «Tengo la oportunidad de jugar un derbi muy bonito y especial para mí, ya que jugué en Cartagena. Guardo gran cariño al Cartagena, porque el año que jugué allí sólo la mala suerte nos impidió el ascenso el día del Vecindario. Batimos récords de números y siempre lo recordaré. Ese año fue mi trampolín para el fútbol profesional», confiesa el ex jugador del Almería.
Una decisión complicada
Como Isaac, Natalio estuvo muy cerca de regresar al Cartagena el pasado verano. «Me consta que hubo interés por el Cartagena, pero a la hora de plasmar las ofertas sobre la mesa, la del Cartagena no estaba. Ellos no podían llegar a lo que pedía el Almería. Si hubiera habido igualdad de ofertas, no sé lo que hubiera pasado», asegura Natalio en un arranque de sinceridad.
«La llamada de Juan Ignacio fue muy importante, porque con él hubiera querido trabajar, pero nunca se sabe en el futuro. Estoy centrado en el Murcia. Vine aquí porque era una de las ofertas más interesantes, y porque quería explotar. Este año es muy importante para mí y el Murcia era una buena plaza», concluye Natalio.
Por último, surge la pregunta de siempre. ¿Si marca un gol el domingo, lo celebrará? Isaac responde que «un gol es lo más grande para un futbolista. Claro que lo celebro». Tato tiene dudas. «Lo he hablado mucho con mi entorno. Dependerá del momento, pero creo que sí lo haré», dice. De Lucas y Natalio responderán en el campo.
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