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Imagen de Las Tablas de Daimiel, en su mayor parte seca y en grave peligro. / AFP
Los regantes no quieren pagar los platos rotos del desastre ecológico de Daimiel
REGIÓN MURCIA

Los regantes no quieren pagar los platos rotos del desastre ecológico de Daimiel

Temen que se inunde el parque nacional con agua de la cabecera del Tajo, dejando menos excedentes para el Segura Creen que la solución es atajar la sobreexplotación del acuífero 23

M. BUITRAGO

Jueves, 15 de octubre 2009, 13:54

Salvo que existan garantías de que la mayor parte del agua llegará a su destino, los regantes murcianos consideran «una broma» que se pretenda inundar Las Tablas de Daimiel con caudales de la cabecera del Tajo para salvar este parque nacional. Las cuentas son muy simples: cuanta más agua se derive a Las Tablas, menos habrá para atender las necesidades de abastecimiento y regadíos de la cuenca del Segura. José Manuel Claver, presidente del Sindicato Central de Regantes del Tajo-Segura, sostiene que Las Tablas tienen derecho a recibir caudales del Tajo, pero cree que el problema no se resuelve inundando el parque sino atajando la sobreexplotación del acuífero 23 que ha provocado la desecación de este humedal. Los regantes murcianos no quieren pagar el pato de este desastre medioambiental, que creen que incumbe al Gobierno central y al Ejecutivo de Castilla-La Mancha. Las demandas medioambientales tienen prioridad sobre el regadío.

La agonía de este paraje singular próximo a Ciudad Real se ha acentuado al detectarse un incendio subterráneo de la turba del subsuelo del parque a consecuencia, al parecer, de cinco años de intensa sequía que han agrietado el terreno, según publica . La semana pasada, con motivo de la reunión de la Comisión central de Explotación del Trasvase, los técnicos del Ministerio explicaron el fracaso de la última derivación de caudales del Tajo a Las Tablas: De los 20 millones de metros cúbicos autorizados sólo llegaron 0,7 millones. En un desembalse anterior apenas llegó el 10%. Las filtraciones del terreno, en el cauce natural del río Cigüela, y las extracciones ilegales tienen la culpa.

Claver cree que «no existe ninguna justificación» para que se quiera ahora inundar la zona con otro desembalse si no hay garantías de que llegará la mayor parte del caudal. El Ministerio de Medio Ambiente está barajando otro envío desde la cabecera del Tajo, pero antes quiere asegurarse del éxito de la medida. Al menos, que llegue más del 70% del agua. Para ello va a acelerar las obras para impermeabilizar algunos tramos del Cigüela. Tampoco descarta utilizar la infraestructura que hay a medio construir del trasvase del Tajo al Guadiana que pasa junto al parque.

¿Quién da lecciones?

«Me gustaría saber qué dirían en Castilla-La Mancha si se perdiera por el camino el 98% del agua que se envía a la cuenca del Segura», relata Claver. «Es conveniente recordarlo cuando tanto se nos critica por la gestión de esos caudales para los regadíos. Somos un ejemplo de eficacia y buen uso frente a otras situaciones, como la que sufre Las Tablas». Exige que el Ministerio resuelva primero el desembalse pendiente de 25 hectómetros, que considera insuficiente y alejado de lo que marcan las reglas de explotación, que permiten 23 hectómetros por mes.

Sobre la tramitación del Estatuto de Castilla-La Mancha, que ayer cumplió un año de su entrada en el Congreso, José Manuel Claver mostró su preocupación porque el texto no se devuelve a las Cortes de Castilla-La Mancha y se sigue buscando la forma de reactivarlo.

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