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ANTONIO LÓPEZ
Miércoles, 17 de junio 2009, 19:28
Llevan meses esperando que su empresa presente a la Comunidad el proyecto de una nueva fábrica que garantice los 250 puestos de trabajo y la paciencia se les ha agotado. Nueve empleados de la compañía cartagenera Española del Zinc (Zincsa) se encerraron ayer por la mañana en la Catedral de Murcia y amenazan con no salir hasta que la Administración regional, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y la propia empresa den garantías suficientes de que la nueva fábrica se construirá en el polígono de Los Camachos.
Entre los obreros encerrados, que visten camisetas con el lema ¡, está el presidente del comité, Juan Paredes, que recordó «la grave situación, y la falta de compromisos de la dirección de la empresa y las instituciones, tanto estatales como regionales y locales» para facilitar el traslado. La plantilla soporta un expediente de regulación de empleo que expira en mes y medio, y que está agotando sus prestaciones sociales.
El encierro en la Catedral fue consentido por el administrador apostólico de la Diócesis de Cartagena, Miguel Ángel Cárceles, según el trabajador Luis Gutiérrez, que se reunió con él para explicarle los motivos de la protesta y la elección de la Catedral.
Gutiérrez destacó que Cárceles consintió la protesta después de «una larga reunión en la que le hemos expresado nuestros motivos, que ha entendido y ha apoyado, comprendiendo la situación que estamos viviendo nosotros y nuestras familias». Cárceles -añadió el sindicalista- dijo no entender la elección de la Iglesia y le hemos explicado que queremos despolitizar el conflicto y darle un aspecto neutral y, puesto que todos somos católicos, no hemos pensado en ningún otro sitio mejor que la Iglesia».
Los obreros están dispuestos a ayudar en las obras de la Catedral y a molestar lo menos posible mientras dure el encierro.
Ampliación de capital
El conflicto laboral en Zincsa se inició hace cinco años con la propuesta de demolición de la antigua factoría de Torreciega y la construcción de una nueva en Los Camachos. Pero la situación se ha agravado en el último año, ya que la vieja fábrica ya ha sido demolida pero no hay garantías de que la actividad continúe en una nueva. Ésta está pendiente de ser construida, ya que Zinsa necesita para ello cobrar 90 millones de la sociedad a la que vendió los terrenos de Torreciega. Pero previamente debe descontaminar el suelo y no tiene el dinero para ello. Zinsa sigue pendiente de una ampliación de capital y de recibir avales del ICO.
La situación de la compañía es crítica y sus trabajadores llevan meses advirtiéndolo. El secretario general de Comisiones Obreras (CC. OO.) en la Región, Daniel Bueno, visitó a los obreros y destacó: «Desde el principio se sabía que existían los problemas económicos, se tomó la iniciativa, se dotó de terrenos en Los Camachos. Faltaba por hacer teóricamente, lo menos difícil, que era buscar la financiación para una empresa que resulta rentable».
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