Secciones
Servicios
Destacamos
DANIEL VIDAL
Martes, 3 de febrero 2009, 10:04
Pidió una cerveza y preguntó por Encarna, su ex novia. Al percatarse de que la mujer a la que buscaba había salido del bar, decidió encontrarse directamente con la muerte. Se metió en el baño del mesón Los Tres Ases, en plena calle Mayor de Alcantarilla, se roció por encima la gasolina de una lata que agarraba con fuerza desde que entró en el local y salió a la zona de la barra empapado en combustible y sosteniendo un mechero.
Los clientes y los trabajadores del mesón, aterrados por el miedo, intentaron convencer a A. A., de 35 años y origen franco-argelino, de que no lo hiciera. Incluso varios de ellos salieron del local y alertaron a un par de agentes de la Policía Local de Alcantarilla que se encontraban a escasos metros del bar, en la acera de enfrente. Los dos funcionarios trataron de disuadir al hombre, que lejos de amilanarse se acercó el mechero el cuerpo y se prendió fuego en un abrir y cerrar de ojos.
Los dos policías locales trataron de salvar la vida del hombre con uno de los extintores del mesón, con sus cazadoras y hasta con una manta aportada por un vecino. Al lugar se desplazaron bomberos y una Unidad Médica de Emergencias (UME) que atendió y trasladó al herido a la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Virgen de la Arrixaca, de Murcia, con heridas de pronóstico grave, que afectan a más del 50% de su cuerpo, según fuentes del 112. Los sanitarios también trasladaron al hospital a Agustín, uno de los dueños del local, aquejado de una fuerte crisis de ansiedad, según Antonio Espejo, su socio. Los bomberos, por su parte, controlaron en pocos minutos el pequeño incendio que había afectado a parte del local, pero que amenazaba con extenderse a la zona de la cocina, en la que había bombonas de butano.
«Un cliente habitual»
Según el propio Antonio Espejo, el herido «es un chico normal». «Juan -como conoce este empresario de la hostelería y todos los vecinos al quemado- era un cliente habitual de nuestro local, una buena persona, no sé qué le ha podido llevar a hacer eso». Antonio no notó nada raro en Juan, como él le llama, estos días pasados. «Ayer estuve con él en el otro bar que tenemos casi hasta las once de la noche, tomando una cerveza, y no vi nada raro en él. Es más, se despidió con un 'hasta mañana', con una actitud normal», relata este socio del mesón.
Se da la circunstancia, además, de que Encarna, la mujer que presuntamente buscaba el herido, y con la que había mantenido una relación sentimental en el pasado, empezaba ayer mismo a trabajar en el bar, en sustitución de una de las empleadas de la cocina del mesón. Según los testimonios de los vecinos de la zona, Encarna logró escapar antes de que el que iba a ser su presunto agresor la viera. La mujer se encuentra en perfecto estado, aunque temiendo que, presuntamente, esa gasolina fue comprada para ella.
¿Quiere ver más imágenes? Puede consultar el álbum de fotos del suceso en
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Especiales
Así se desbocó el urbanismo en La Manga
Fernando López Hernández
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.