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N. S.
Martes, 14 de octubre 2008, 09:44
«¡Murcianos, no soy el demonio!». Lo dice Leo Bassi, bufón genial, cómico de lujo y gran provocador, que ayer a mediodía ya se encontraba paseando por el centro de Murcia para ir terminando de ultimar su controvertida presencia artística en la ciudad, donde presentará finalmente dos espectáculos tras todo el escándalo que rodeó su fulminante retirada del cartel del festival Alter-Arte, de la que se responsabilizó el consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, y que dio lugar a protestas de todo tipo por este atentado contra la libertad de expresión de la que se ha hecho eco la prensa nacional. Pero finalmente, Bassi, que hoy ofrecerá una rueda de prensa-¿con sorpresa?-en la que estará respaldado, entre otros, por Patricio Hernández, presidente del Foro Ciudadano, mostrará al público murciano dos montajes: el recién estrenado La Vendetta -una bofetada contra el orden, las apariencias, la sonrisa light y el mundo pijo-, a las 20.00 horas de hoy, en el Centro Social Universitario del Campus de Espinardo, y una sedentaria versión del espectáculo vetado por las autoridades, el BassiBus -miércoles 15, a partir de las 19.00 horas, en la Plaza de Santo Domingo-. Mucho han cambiado las cosas desde que Leo Bassi, en una entrevista con Antonio Arco en La Verdad, anunció en abril, sobre la presencia del BassiBus en el festival Alter-Arte, que hacer este espectáculo en Murcia le apetecía especialmente: «Yo soy de izquierdas, aunque pueda ser más crítico con la izquierda que muchos de derechas, y sé que en Murcia arrasa el PP; bueno, me gusta ir contracorriente, no me asusta hacerlo. Además, yo soy muy respetuoso, creo en el respeto, y el BassiBus respeta en todo momento la legalidad, ni entramos en propiedades privadas, ni aparcamos en lugares prohibidos...». También aseguraba conocer «los casos de corrupción urbanística que se dan en Murcia y los problemas con el agua». Bassi no es un loco, Bassi es un cómico comprometido con su tiempo y que siente un enorme amor por su trabajo. «Mi reino está donde estén las personas», dice Leo Bassi. «A mí -añade- me encantan los seres humanos, me cuesta trabajo ver maldad en alguien. La verdad es que creo que cada uno tiene sus razones para ser como es, y a mí me encanta descubrir esas razones. Vivir con la gente es mi deseo». Asegura no buscar los conflictos: «Yo no lucho contra nada, lucho pacíficamente a favor de mis ideas. Y me encuentro con que hay gente que quiere obstaculizarlas, que quiere eliminarlas, que quiere silenciarlas. Yo voy a luchar por ellas, pero el fin no es la lucha, sino la libertad». «Hay gente», lamenta, «interesada en acabar con el humor, porque el humor unido al ingenio es un arma de destrucción masiva; pero no lo van a conseguir porque el humor triunfa siempre. Es una fuerza muy poderosa, invencible». Leo Bassi presentará en Murcia dos espectáculos en agradecimiento a las personas que desde Murcia le han mostrado su apoyo, e informa que los sesenta asientos de su BassiBus no alcanzarán para toda la gente que se había interesado por subirse en él, por lo que ha decidido cambiar el formato y crear en la propia plaza un evento especial «muy impactante, ofreciendo al público, con la ayuda de testigos, otra visión de Murcia». Increíble Conocido en todo el mundo por su capacidad de provocación, ha protagonizado múltiples historias increíbles, entre ellas, ha logrado vender en España agua embotellada a casi dos euros porque pensaban que a ese precio tenía que ser algo especial, a pesar de que él les aseguraba que se trataba de agua de grifo. También fue sonado lo ocurrido en Vancouver (Canadá) en 1993, cuando se prendió fuego por error en el escenario y tuvo que ser llevado en ambulancia a urgencias, mientras la gente aplaudía creyendo que era parte del espectáculo. Al año siguiente, organizó en Nápoles una recogida de basura, que luego empaquetó para enviarla a Berlusconi, Blair, Aznar... A propósito de la actuación del consejero Cruz con respecto al BassiBus, Leo Bassi se pregunta: «Cómo es posible que una persona joven, culta, profesor de Arte y más que todo responsable de cultura frente a toda una Región, pueda manchar su reputación mintiendo descaradamente para encubrir la patética censura política a un espectáculo de un payaso».
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