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ROCÍO GONZÁLEZ
Domingo, 12 de octubre 2008, 02:56
Poco podía imaginarse Raúl Sáez (Cartagena, 1985) que la aversión que tenía a los toros cuando era pequeño cambiaría en el instante en que le dejaran tocar a uno de ellos. Dicho y hecho. Acarició a un morlaco y no paró hasta hacerse novillero. Claro que es de familia taurina y quizás estaba condenado a dedicarse al toreo. Raúl, que debutó hace dos años, se está haciendo un hueco entre sus compañeros y planea tomar la alternativa como espada en un año y medio. Entre sus méritos atesora ya haber ganado el certamen de novilladas Manuel Cascales y pasar rápidamente a las novilladas picadas. Se mira en José Tomás y de Enrique Ponce, pero lejos de querer parecerse a algún torero de los ya conocidos (¿será el nuevo Ortega Cano de Cartagena?, Sáez afirma que le gustaría que cuando salga al ruedo la gente le diga: «Torea como Raúl Sáez». -En dos años ha pasado de novilladas sin picadores a novilladas con caballos. Y, dentro de poco, le tocará decidir el día de la alternativa. ¿Cuál es el secreto? -No hay secreto. A los novilleros nos ayuda mucho el número de festejos al que acudimos y si tenemos o no apoderado. Yo tengo la suerte de contar con Antonio Antoñares desde el primer día que empecé a dedicarme a esto. Y también influye mucho los méritos que vas consiguiendo. Cuesta mucho torear, porque hay un mínimo de novilladas que hay que hacer para pasar de un escalafón a otro, pero eso también va en relación con la preparación de la persona. A lo mejor, uno puede estar cinco años de novillero sin caballos y otro como yo, sólo un año. Si Dios quiere, en un año y medio seré matador de toros. -Detrás de todo eso hay días de mucho entrenamiento. ¿Es tan bonito como pintan este mundo o es una realidad completamente distinta? -Al principio es todo muy bonito, pero después empiezan los días duros. Te entrenas, vas a torear fuera, donde se pasa mal porque el público es muy exigente... A veces te toca algún toro que lo único que intenta es cogerte. Y si la gente se pone en contra tuya empiezas a pensar que es muy difícil, que así no te gusta estar... Pero sigues. -A pesar de todo, va superando los obstáculos y el próximo objetivo a largo plazo es tomar la alternativa. ¿Dónde y quién le gustaría que le la diera la alternativa? -Sin duda, me gustaría que fuera en la nueva plaza de toros de Cartagena. Me gustaría que empezaran a construirla ponto para para poder confirmar fechas, porque si se me echa la fecha encima la alternativa y la plaza de toros no está hecha, me daría mucha pena tener que tomarla fuera. Me gustaría que fuera en la inauguración de la plaza, y que me la diera o El Juli, Enrique Ponce, Morante de la Puebla o, en el caso de poder tomar la alternativa en mi ciudad, que me la diera mi paisano Ortega Cano. Sueño con ello. -Muchos novilleros, en su afán de triunfar, intentan sacarle una faena a cualquier toro independientemente de sus condiciones -Cierto. Hoy día el público exige un nivel muy alto y cuando no sale un toro para hacer una faena artística, quiere ver al torero jugarse la vida aunque no sirva para nada. Nos vemos un poco comprometidos a que cuando sale un toro malo hay que arriesgarse a que te coja para que el público vea el peligro que tiene el toro. -Las cogidas afectarán bastante a la moral de un torero tan joven... -Sí. Hay épocas en las que cuando el toro siempre te coge desconfías, porque no sabes si es que tú te equivocas o si es que el toro siempre te echa mano a ti. Entonces tardas un poco en volver a coger la confianza. Pero creo que lo importante es que después de un percance, uno pueda volver al sitio y quedarse quieto delante del animal para hacerlo lo mejor posible y conseguir el favor del público. Yo al menos lo intento siempre.
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