Borrar
DISFRUTÓ SOBRE EL ALBERO. Pepín Liria da un pase de pecho con la mirada puesta en el tendido. / JOSÉ MIGUEL ESPARCIA
Liria deja buen sabor en Hellín
Cultura

Liria deja buen sabor en Hellín

El de Cehegín abre la puerta grande, junto a Rubén Pinar, en su penúltima corrida Curro Díaz se marchó de vacío por al espada, pese a la calidad de su toreo

F. OJADOS

Lunes, 6 de octubre 2008, 11:24

La penúltima corrida de toros de la carrera de Pepín Liria empezó con buen pie para el de Cehegín. Le cortó la oreja al primero de su lote, un toro de Joaquín Barral con volumen y que tuvo inicio de bravo. El murciano lo saludó bien a la verónica, rematando con su típico lance y soltando el capote a una mano. Derribó el de Barral al picador en un buen puyazo. Pepín comenzó doblándose por bajo y luego planteó el trasteo en los terrenos de afuera, dando distancia en las primeras series en redondo con la diestra, ligando una segunda tanda en la que hubo mando en los muletazos de mano baja. En el toreo al natural, con el toro ya menos potente, Liria tuvo que sacar los muletazos de uno en uno. Medida la faena, el murciano entró a matar en los medios, cobrando una estocada entera tendida que fue suficiente para que se le concediera la primera oreja de un interesante festejo. Antes, tras el paseíllo había recibido el homenaje del Ayuntamiento de Hellín en forma de placa que reconocía su trayectoria.

Otra oreja se llevó del cuarto, que pudieron ser más si hubiera estado acertado con el estoque. Este toro, burraco de capa y de bonitas hechuras, pecó de falta de fuerzas. Pepín lo recibió de larga cambiada de rodillas, verónicas, chicuelinas y la revolera. Lo dejó crudo en el caballo y, tras brindar al público su último toro en Hellín, se hincó de rodillas en su tradicional comienzo de faena. Luego puso cabeza a una labor en la que fue toreando para afianzar al toro, evitando que se cayera y logrando que durara. Series con la muleta a media altura, toques precisos y suaves, y tiempos para que se recuperara de tanda en tanda fueron el secreto. Al final vinieron los alardes de los muletazos de rodillas y el desplante a cuerpo limpio y, cuando tenía mayor triunfo en al mano, pinchó dos veces, cobró una estocada que escupió el toro y remató de un descabello. La ovación de despedida fue muy calurosa.

Sustituto de El Cordobés

Curro Díaz sustituyó a Manuel Díaz El Cordobés, lesionado en una mano, y no defraudó. Su primero salió suelto en los lances de recibo, bien compuestos, sobre todo las dos medias de remate y la revolera. Tomó el puyazo con la cara alta y le faltó carburante al de Barral. Comenzó por alto su labor en una faena que, pese a no tener continuidad, sí tuvo pellizco y detalles de torero artista y valiente, destacando una giraldilla y un trincherazo preciosos. Dos pinchazos dejaron la labor sin premio. Al quinto titular lo devolvieron a los corrales por flojo y salió un castaño con romana, al que lanceó con pulcritud a la verónica. Brindó a Nazario Ibáñez y se gustó en el inicio del trasteo, saliéndose a los medios. No hubo toro para una gran faena, pero sí para demostrar que el de Linares pasa por un gran momento. Toreó al natural con la calidad de los elegidos, con suavidad, temple y un gusto exquisito. Una lástima que el toro no acompañara más.

Rubén Pinar quiere ser torero. Lo dejó claro desde que se abrió de capa para recibir al tercero, el menos de la corrida. El astado tuvo tanta calidad embistiendo humillado, como poco fondo parándose muy pronto y Pinar, después de estar muy correcto en el toreo fundamental, pisó el acelerador al final de la faena en la corta distancia. Cuatro orejas fue su balance. Brindó el sexto a Liria y volvió a mostrar coraje y afán de triunfo en una faena larga.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Liria deja buen sabor en Hellín