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PEDRO CONESA
Domingo, 14 de septiembre 2008, 03:00
En tiempo de dificultad el oro sigue siendo un valor seguro. La crisis económica, el encarecimiento de las hipotecas y, sobre todo, la subida de los precios ha provocado que se dispare en los últimos meses el número de cartageneros que acuden a las casas de empeño de oro en busca de la liquidez necesaria para hacer frente a los gastos del mes. Estas empresas son de las que más están sacando tajada de la crisis económica por la que atraviesan las familias españolas.
«En nuestro local pasan unas veinte personas al día para empeñar sus joyas. Aunque es una práctica que se lleva haciendo mucho tiempo sí es cierto que se ha notado un aumento en los últimos meses. Los clientes nos dicen que no llegan a fin de mes y que el dinero lo van a emplear en pagar la hipoteca, y en las facturas de luz y agua», explicó el dueño del taller de Joyería Karabuc, Julio Bilbao.
El perfil de los clientes es muy variado y extenso, pero les une la falta de dinero en efectivo. Desde personas jóvenes que se enfrentan al pago mensual de su vehículo a mayores que no pueden llegar a fin de mes por su escasísima pensión.
El mercado de segunda mano de este metal es legal y unos simples pendientes te puede servir para pasar unos meses tranquilos. El precio del oro oscila estos días entre los 8 y los 10 euros el gramo. Los interesados llevan su mercancía al joyero, quien lo pesa, lo examina y ofrece en efectivo su cantidad. Después se pone de nuevo de venta al público.
Generalmente suelen ser joyas pequeñas cuyo valor va desde los 30 euros en adelante. Pero algunos clientes han empeñado objetos de más valor, como monedas de oro, sólo para irse de vacaciones este verano.
«Vino un señor y empeñó las monedas antiguas de su padre. Si no recuerdo mal eran unos cuatro mil euros y el señor decía que los quería para irse de viaje», añadió el dueño del taller de joyería Karabuc, en la calle San Francisco.
Una situación muy parecida ocurre en la Joyería Cristina, en la calle Caballero, a la que cerca de medio centenar de personas acuden cada mes para conseguir dinero en efectivo.
Muelas con encías
«Muchos vienen apurados. La mayoría de los empeños son joyas pequeñas que rondan los cien euros. Estos días, las personas que vienen son madres que quieren dinero para pagar los libros de este curso», indicó la gerente de la joyería Cristina, Cristina Salazar.
Francisco Gallego, de la Joyería Serviola, en la calle del Cañón, también recibe cada mes medio centenar de personas que empeñan sus joyas. Explica que en su trayectoria profesional ha visto de todo: desde las tradicionales alianzas de novios, hasta muelas de oro con sus encías.
«También he tenido una chica que se peleó con el novio y ha vendido todo el oro que le ha regalado. Hay muchas personas que vienen a entregar todos los regalos que les han hecho durante años. No les queda otra opción», explicó Francisco Gallego.
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