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PPLL
Miércoles, 13 de agosto 2008, 10:29
Los caminos del Señor son muy misteriosos. Francisco Javier Ruiz sintió la llamada de Dios, cuando sólo tenía 12 años, para ser uno de sus mensajeros en la Tierra. Ahora se encuentra en la parroquia de Churra y -desde que llegó- no ha parado hacer cosas. Ha remodelado, por dentro y por fuera, toda la iglesia y, a finales de este año, pondrá la primera piedra de la segunda parroquia ,que se construirá en la parte nueva del pueblo.
-¿Por qué decidió ser sacerdote?
- Es algo que no se puede explicar. Dentro de mí sentí como una llamada a anunciar el Evangelio.Yo tenía 12 años y era monaguillo en mi parroquia. Me di cuenta que no sólo existe esta vida, sino que está el cielo. A medida que vas viviendo, según la voluntad de Dios, ves que la felicidad que él te da no la tienen los que están a tu alrededor. Por eso me metí al Seminario de Orihuela, donde empecé la segunda etapa de E.G.B.
-¿Los sacerdotes también tienen vacaciones?
-Los de Murcia sabemos que, ahora, tenemos menos trabajo. No hay tantas misas como en invierno, ni tantas obligaciones en horario fijo. Digamos que tenemos vacaciones, entre comillas. Los sacerdotes cambiamos de lugar, pero tenemos que hacer las mismas cosas. Los findes doy las misas y , entre semana, estoy en mi pueblo.
-¿Los sacerdotes viven tan bien como dicen?
-Yo -desde que fui sacerdote- no tengo ni un minuto para mí. Me levanto siempre a las 7.00 horas y me acuesto, muchas veces, a las 24.00 horas. Tengo la parroquia de Churra, el tanatorio, las monjas de la Consolación... Mi propia familia me dice: «No te vemos. No vienes por aquí». Cada sacerdote no sé como vivirá..., yo digo como vivo yo.
-¿No ha pensado alguna vez abandonar la Iglesia?
-Nunca he tenido ese pensamiento. El Señor me ha regalado amar, profundamente, a la Iglesia. No hay redención ni salvación sin ella. Soy muy feliz siendo cura. Siempre digo que si volviera a nacer, sería sacerdote. Creo que si alguien dice eso es que es super feliz. El momento más grande del día es celebrar la Eucaristía y -en nombre de Jesucristo- perdonar los pecados.
-¿Cuál es el papel de la Iglesia en la sociedad actual?
-La Iglesia puede llevar el mensaje del Evangelio al mundo actual, pero lo que no puede hacer es traicionarlo para acomodarlo a la sociedad. La verdad siempre es la verdad. Hay cosas que no pueden cambiar, porque son cosas que el hombre ha recibido -reveladas por Dios- en Jesucristo. La historia y el momento deben amoldarse a la verdad, pero no al revés.
-¿La juventud ha perdido la fe?
-No. Es más, ahora en la Iglesia hay más juventud que nunca. Una juventud que se está enamorando de Jesucristo y se está encontrando con el misterio de la Cruz, para poder afrontar el sufrimiento. Jesús les salva de una muerte, que es el pecado, y de no tener que tomar drogas, ni beber alcohol para olvidar. Los jóvenes están salvando sus vidas.
-¿La crisis se ve en las limosnas?
-(Risas) En Churra, aún no he visto la crisis. En junio, se van de vacaciones y no he tenido tiempo de verlo, pero... algo se notará.
-¿Los pecados se van de vacaciones?
-(Risas) No, los pecados no pueden tenerlas. Es imposible porque el demonio no descansa nunca. Como dice el apóstol Santiago: 'El demonio ronda como un león rugiente, buscando a quien devorar'. Lo que tiene que hacer el hombre, para que tengan vacaciones, es apoyarse en Jesucristo.
-Ahora tienen más libertad a la hora de vestirse, ¿qué prefiere usted?
-Estoy convencido que el querer del Papa -y el sentir de la Iglesia- es que el sacerdote vaya vestido de clerma. Yo siempre iré vestido de sacerdote. En un mundo tan secularizado, donde por todas partes se quiere quitar a Dios -más que nunca- debemos ir vestidos haciendo presente el misterio de Dios.
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