Borrar
Balonmano

Maldita la hora

ROBERT BASIC

Lunes, 11 de agosto 2008, 03:23

No pasa nada. Bueno, sí pasa, pero poco y tiene remedio. España cayó en su debut ante Croacia, actual campeona olímpica, y la derrota sentó tan bien como levantarse a las tres de la madrugada para ver el partido. Eran las nueve en Pekín y los jugadores parecían marcianos. La última vez que jugaron tan pronto fue en el colegio, cuando sus padres maldecían las actividades extraescolares y los niños no paraban de meterles prisa para no llegar tarde. Pero la hora no debe ser la excusa porque los croatas también estaban. Fueron más listos, más rápidos, más imaginativos y defendieron mejor.

Y España fue un chicle. Uno de esos equipos que hacen la goma durante los 60 minutos. Y a mí no me gustan los chicles sin sabor. Los quiero de fresa hasta el final. La selección llegó con un empate a 29 a falta de dos minutos para la conclusión y se ahogó. ¿Por qué? Porque en los 58 anteriores le faltó velocidad, fluidez ofensiva, control y claridad de ideas. Pastor movió el banquillo, rotó y en inferioridad numérica quitó al portero para atacar en igualdad de condiciones. Recurso inédito en el balonmano actual, aunque empleado de tanto en tanto por los equipos yugoslavos y rusos en los ochenta.

Me sorprendió lo floja que estuvo la portería española. Entre Hombrados y Barrufet apenas tocaron seis balones. Raro por inesperado. Juanín y Rocas, dos extremos, metieron más que toda la primera línea junta. Más raro todavía. Pero Croacia es historia y hay que pensar en Polonia. ¿Una receta para ganar a los polacos? Recuerdo el consejo de un entrenador que tuve: «Nos ponemos 15-0 y luego aguantamos el marcador». Qué metáfora de control tan bonita.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Maldita la hora