El insulto y la demagogia

El señor Segura, desconocido miembro de la dirección socialista lorquina, que no pudo obtener acta de concejal en las pasadas elecciones debido al pobre resultado de su jefe de filas don Leoncio Collado, quiere ser político. Por eso, muy de vez en cuando aparece en los medios, insulta, descalifica, vitupera y vuelve a sumergirse en la noche de los tiempos a esperar otra ocasión.

Pobre instrumento de una política alejada de la cordura y de la sensatez, instalada en la agitación social y en la crispación de vecinos y colectivos. Estos son los nuevos tiempos del PSOE lorquino, del que don José Segura es fiel ejecutor. Los de los mil y un convenios urbanísticos, los que metían en los mismos las tierras de lorquinos que no querían estar ahí, para cuadrar los planos, los de los millones de euros gastados en nueve meses, los de las facturas infinitas que afloran diariamente como setas en un bosque nórdico, hablan de «prebendas», «presiones» e «intereses». ¿Como le traiciona el subconsciente al señor Segura y a la mano que le guía en sus escritos!

El actual equipo de gobierno popular tenemos un acusado defecto: Nos desbordan los proyectos, la ilusión y las ganas de cambiar Lorca. Por ello, hacemos propuestas, las damos a conocer a los lorquinos, con luz y taquígrafos, y promovemos el debate social, que la gente opine y muestre su parecer, y después, todos juntos, decidiremos.

Nosotros, señor Segura, no elaboramos los convenios en secreto, entre cuatro o cinco, y los llevamos a los Consejos de Gerencia de tapadillo, con nocturnidad, ¿se acuerda de esto, señor Segura?. Usted que tanto gusta de pulsar la calle y perorar en la sala de prensa de su partido o escribir en el periódico, ¿por qué no se da una vuelta por Purias o por Avilés y les pregunta a los vecinos de estas pedanías lorquinas por los convenios de su partido?

No se preocupe, señor Segura, que su hijo tendrá más parques y zonas verdes de las que tiene ahora (escasas, por cierto, merced a la pobre gestión del PSOE, como usted mismo reconoce en un rasgo de sinceridad poco común en sus intervenciones).

Y nos gustaría ampliar y mejorar el parque Pediatra Diego Pallarés, junto a la Plaza de Toros, con más arbolado (patos y tortuguitas grandes y pequeñas incluidas), con más y mejores zonas infantiles, y lo haremos sólo si los lorquinos quieren.

Basta con que nos deje trabajar. Quién sabe, a lo mejor, dentro de unos años, se encuentra con la sorpresa de que su hijo vota distinto de lo que usted imaginaba. Es la grandeza de la democracia, señor Segura. Si nos permite y lo estima oportuno, tras este breve paréntesis, de apenas cinco minutos, dedicado a usted, volvemos al trabajo, a nuestros proyectos y a nuestro programa de gobierno. A usted le dejamos la cursilería, la sensiblería barata y la demagogia que tanto cultivan últimamente. Buena suerte.

Francisco Jódar Alonso es el alcalde de Lorca.